«MIRA QUE TE MANDO QUE TE ESFUERCES». JOSUÉ 1:9, RV95
Antonio muchas veces se sentía avergonzado porque, cuando intentaba cantar no sabía afinar. Algunos de sus amigos sentían compasión por él, otros se burlaban. En la aldea de Cremona, en Italia, donde Antonio había nacido, todos lo conocían como el muchacho que no podía cantar. Pero había algo que si hacía muy bien: tallar madera. Disfrutaba mucho realizando diferentes figuras, y cuidando cada detalle para que quedaran hermosas. Un día, Antonio se enteró de que en su misma idea había un hombre que trabajaba con madera también. Se llamaba Niccolo Amati y fabricaba violines. Eso encendió una luz en la mente de Antonio. Ya que él no podía cantar fabricaría violines.
Un día, se dirigió a la casa de Niccolo para pedirle que le enseñase a fabricar violines, y llevó varios objetos tallados por él mismo como muestra. El maestro los observó detalladamente a todos y vio que el niño tenía talento con la madera. Así que aceptó ser su maestro y enseñarle a fabricar violines. Pero antes le advirtió: «Tendrás que trabajar ardua y pacientemente durante mucho tiempo». El niño estaba dispuesto a todo lo que fuese necesario para hacer un violín. ¡Y fue un alumno excelente! Aprendió el arte de fabricar violines a la perfección. Cuando su maestro murió, Antonio Stradivari tomó su lugar. Y con los años, trabajaba constantemente para hacer cada nuevo violín más hermoso que el anterior. Nadie en el mundo logró hacer violines tan perfectos como él, conocidos como Stradivarius.
Antonio Stradivari vivió hace más de doscientos años. Los cantos y los gritos de los amigos que se burlaban de él en su infancia se han perdido en el tiempo, pero sus violines perduran hasta hoy. Los grandes músicos consideran un violín Stradivarius como un tesoro preciado. Todo gracias a la determinación y el esfuerzo de un niño que no podía cantar.
¿Qué lección nos deja la historia de Antonio? Si crees que no tienes un talento en particular no te desanimes; trata de desarrollar y perfeccionar aquellas cualidades que si posees. Trata de ser aún mejor en lo que sí eres bueno. Pídele ayuda a Dios para dar lo mejor de tus talentos y así, como Antonio, trabaja con dedicación y esfuerzo para lograrlo. ¡Eso es excelencia!
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2022. “UN RAYITO DE LUZ PARA CADA DÍA” Por: «Gabriela Ruth Brizuela de Graf Ninayette Galleguidos Treviño Magaly Tuesta Viveros de Alaña Mirta de Samojluk Cinthya Samojluk de Graf» Colaboradores: Uriel Agustin & Karla González.