“Dios es amor”. 1 Juan 4:16. Su naturaleza y su ley son amor. Lo han sido siempre, y lo serán para siempre. “El Alto y Sublime, el que habita la eternidad” (Isaías 57:15), cuyos “caminos son eternos” (Habacuc 3:6), no cambia. En él “no hay mudanza, ni sombra de variación”. Santiago 1:17.
Cada manifestación del poder creador es una expresión del amor infinito. La soberanía de Dios encierra plenitud de bendiciones para todos los seres creados […]. La historia del gran conflicto entre el bien y el mal, desde que inició en el cielo hasta la destrucción de la rebelión y la extirpación total del pecado, es también una demostración del amor de Dios.— Historia de los Patriarcas y Profetas, 11 (1890).
EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA EN LA NATURALEZA
La naturaleza y la revelación a una dan testimonio del amor de Dios. Nuestro Padre celestial es la fuente de vida, de sabiduría y de gozo. Mira las maravillas y bellezas de la naturaleza. Piensa en su maravillosa adaptación a las necesidades y a la felicidad, no solamente del ser humano, sino de todas las criaturas vivientes […].
“Dios es amor” está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que llenan el aire de melodías con sus preciosos cantos, las flores exquisitamente matizadas que en su perfección perfuman el aire, los elevados árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor, todo da testimonio del tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y de su deseo de hacer felices a sus hijos.—El Camino a Cristo, 7, 8 (1892).
LOS MANDAMIENTOS SE BASAN EN EL PRINCIPIO DEL AMOR
Los preceptos del Decálogo se adaptan a toda la humanidad, y se dieron para la instrucción y el gobierno de todos. Son diez preceptos, breves, abarcantes, y autorizados, que incluyen las responsabilidades del hombre hacia Dios y hacia sus semejantes; y todos se basan en el gran principio fundamental del amor.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 312 (1890).