inVita – LA FALSA DICOTOMÍA
Así como la religión inútil tiene características claras, también las tiene la religión pura y sin mancha ante Dios y el Padre. Entre ellas, está «visitar» a los más vulnerables de la sociedad y «no mancharse con la maldad del mundo» (Sant. 1: 27, LBLA). La encarnación de este versículo caminó entre la humanidad en la persona de Jesús. Jesús ayudó y ministró a los más vulnerables y también mantuvo una perfecta adhesión a una vida recta.
La palabra griega traducida como «visitar» en este versículo no denota una reunión casual de dos partes. En el Nuevo Testamento, cuando se usa esta palabra se refiere a una visita para el beneficio de alguien, para ayudar, ministrar o redimir (Mat. 25: 36; Luc. 1: 68; 7: 16; Hech. 15: 36; Heb. 2: 6). Jesús ciertamente vino a «visitar» a la humanidad cuando caminó por la tierra, y continúa visitando los corazones de sus hijos. Jesús visitó a las personas en sus necesidades físicas, alimentándolas milagrosamente o curándolas de enfermedades y padecimientos (Mat. 14: 13-21; Mar. 1: 32-34). Visitó a las personas en sus necesidades espirituales, enseñándoles la verdad de Dios y mostrándose como el Mesías (Mat. 5, 6; Juan 3: 1-21). Incluso ministró a aquellos que necesitaban sanidad emocional, traspasando barreras culturales para dar una palabra de aliento a un alma dolorida (Juan 4, 8). Jesús se encontraba con la gente dónde estaba y los ministraba, incluso a los más necesitados e ignorados de la sociedad (Luc. 5: 12, 13).
Es interesante cómo los líderes religiosos interpretaron la proximidad de Jesús con el mundo. Lo etiquetaron como borracho y glotón, y se quejaron de su abierta disposición a aceptar a los pecadores (Mat. 11: 19; Luc. 15: 1, 2). Jesús vivió una vida perfecta, lo que significa que también evitó contaminarse del mundo en todo sentido (1 Ped. 2: 21, 22). La reacción de los líderes religiosos a las acciones de Jesús revela más sobre ellos que sobre Jesús. No entendían para nada cómo es la religión pura.
La vida de Jesús prueba que ministrar al mundo y no dejarnos contaminar por el mundo no son dos opciones dicotómicas: ayudar a la gente (y ensuciarnos) o estar limpios (sin ayudar a nadie). Cuando las vemos a través de este paradigma defectuoso, ambas opciones extremas pierden la esencia o el poder del evangelio. Hacer hincapié en la adherencia exterior tiene su lugar, pero una vida no transformada es inútil. Hacer hincapié en la transformación interior tiene su lugar, pero una vida que no se vive no es lo que Dios pide. En cambio, la comunión con Dios conduce a la transformación, y esta transformación conduce a una vida de ministerio.
Medita nuevamente en Santiago 1: 19-27 e identifica dónde está Jesús en el texto.
- ¿Por qué crees que a la gente le ofendía tanto la proximidad de Jesús al mundo o a aquellos que consideraban pecadores?
- ¿En qué sentido puedes ver reflejado a Jesús en el texto o verlo de una manera distinta?
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2022.
2do. trimestre 2022 INVERSO
Lección 3 «LA IMPORTANCIA DEL HOMBRE EXTERIOR»
Colaboradores: Estrellita Hernández & Mayra Cota