«E l apóstol Judas dice: “Recibid a los unos en piedad, discerniendo” (Jud. 22). Este discernimiento no debe ejercerse en espíritu de favoritismo. No debe apoyarse al espíritu que implica: “Si me favorece, le favoreceré también”. Esta es una política mundana y profana que desagrada a Dios. Induce a hacer favores y rendir admiración por causa de la ganancia. Manifiesta parcialidad hacia algunos, con la expectativa de obtener ventajas por su medio. Nos induce a tratar de obtener su buena voluntad por la indulgencia, a fin de que seamos tenidos en mayor estima que otros tan dignos como nosotros. Es difícil para uno mismo ver sus propios errores; pero cada uno debe darse cuenta de cuán cruel es el espíritu de envidia y rivalidad, desconfianza, censura y disensión ».— Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 219
«He estado revisando algunos de mis escritos, y veo que se dieron advertencias sobre este punto hace años. Se expresa claramente que los edificios en Battle Creek no deben ensancharse, que no se debe añadir un edificio tras otro para que haya más comodidad. Se nos instruyó que no se debieran acumular intereses en ese solo lugar, sino más bien que se ampliara nuestra esfera de trabajo. Battle Creek estaba en peligro de convertirse en un centro poderoso como la Jerusalén antigua. Si no hacemos caso de estas advertencias, los males que arruinaron a Jerusalén nos afectarán a nosotros también. El orgullo, la exaltación propia, el descuido de los pobres, y la parcialidad en favor de los ricos: estos fueron los pecados de Jerusalén. Hoy día, cuando se levantan tantos intereses en un solo lugar, los obreros se ven tentados a exaltarse con egoísmo y envanecimiento. Cuando ceden a esta tentación, dejan de ser obreros unidos a Dios. En lugar de procurar el aumento de funciones en Battle Creek, debemos con valor y voluntad dividir las que ya existen allí, esparciéndolas por diferentes lugares».— Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 145
«Solo podemos comprender el valor del alma humana al entender la grandeza del sacrificio que se hizo para su redención. La palabra de Dios declara que no somos nuestros, que fuimos comprados por precio. Fue a un costo inmenso que se nos colocó en un terreno ventajoso, donde podemos encontrar la libertad de la esclavitud del pecado causada por la caída en el Edén. El pecado de Adán sumió a la humanidad en la desdicha total; pero gracias al sacrificio del Hijo de Dios, se le concedió al hombre un segundo período de prueba. El plan de redención proporciona una vía de escape a todos los que se acojan a él. Dios sabía que al hombre le era imposible vencer con sus propias fuerzas, así que le proporcionó ayuda. Cuán agradecidos deberíamos estar de que se nos ha abierto un camino por el cual podemos tener acceso al Padre; ¡que las puertas están abiertas, para que los rayos de luz de la gloria interior puedan brillar sobre aquellos que los reciban!».— Elena G. de White, Christian Temperance and Bible Hygiene, pp. 15, 16
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¿Después del estudio del pasaje de esta semana, ¿qué cambios a nivel personal te sientes motivado a realizar en tu vida?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2022. 2do. trimestre 2022 INVERSO Lección 4 «EL PECADO DE TRATAR BIEN A ALGUIEN» Colaboradores: Estrellita Hernández & Mayra Cota