Conducción del Niño Para el: 02 enero
Parte 1
Se necesita un avance continuo—El trabajo de la madre es de tal naturaleza que exige continuo progreso en su propia vida, a fin de poder conducir a sus hijos hacia realizaciones más elevadas. Pero Satanás traza sus planes para asegurarse las almas de los padres y los hijos. Las madres son alejadas de sus deberes del hogar y de la cuidadosa atención de sus pequeños, para servir al yo y al mundo.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 60.
Por el bien de sus hijos, si no por otra razón, las madres deberían cultivar su intelecto, porque su obra implica una mayor responsabilidad que la del rey en su trono. Pocas madres experimentan el peso de la tarea que se les ha confiado, o comprenden la eficiencia que pueden alcanzar para su obra peculiar mediante un esfuerzo paciente y cabal en el cultivo de sí mismas.
Y ante todo, la madre necesita disciplinarse estrictamente y cultivar todas las facultades y los afectos de la mente y el corazón, para no tener un carácter distorsionado o unilateral y dejar en sus vástagos las señales de su deficiencia o excentricidad. Muchas madres necesitan ser llevadas a ver la positiva necesidad de un cambio en sus propósitos y caracteres a fin de realizar aceptablemente los deberes que voluntariamente han asumido al contraer matrimonio.
Los conductos de la utilidad de la mujer pueden ampliarse y su influencia puede extenderse hasta un grado casi ilimitado si ella quiere dar la debida atención a estos asuntos, los cuales atañen al destino de la humanidad.—Pacific Health Journal, mayo de 1890.
Mejorad constantemente en sabiduría y eficiencia—Las madres, por encima de todos los demás, deberían acostumbrarse a pensar e investigar si quieren progresar en sabiduría y eficiencia. Las que perseveren en esta conducta, pronto advertirán que se están capacitando en lo que antes eran deficientes; están aprendiendo a formar correctamente los caracteres de sus hijos. El resultado del trabajo y la consideración dados a esta obra se verá en su obediencia, su sencillez, su modestia y pureza. Este resultado pagará con creces todo el esfuerzo empleado.
Dios quiere que las madres procuren constantemente mejorar tanto su mente como su corazón. Deberían sentir que tienen que realizar una obra para él en la educación y formación de sus hijos, y cuanto más perfectamente puedan mejorar sus propias facultades, tanto más eficientes serán en su obra maternal.—The Signs of the Times, 9 de febrero de 1882.
Los padres deberían progresar intelectual y moralmente— Es el deber de las madres cultivar su mente y mantener puro su corazón. Deberían aprovechar todos los medios a su alcance para su mejoramiento intelectual y moral, a fin de que puedan calificarse para mejorar la calidad de la mente de sus hijos.—Testimonies for the Church 3:147.
Los padres deberían ser alumnos constantes de la escuela de Cristo. Necesitan lozanía y poder para enseñar con la sencillez de Cristo el conocimiento de su voluntad a los miembros jóvenes de la familia de Dios.—The Signs of the Times, 25 de septiembre de 1901.
El poder asombroso de la cultura cristiana—Los padres aún no comprenden el asombroso poder de la cultura cristiana. Hay minas de verdad que deben trabajarse pero que han sido extrañamente descuidadas. Esta negligencia no recibe la aprobación de Dios. Padres, Dios os llama a que consideréis esta cuestión con ojos ungidos. Sólo habéis raspado la superficie. Reasumid la obra que habéis descuidado durante tanto tiempo, que Dios colaborará con vosotros. Realizad vuestra obra de todo corazón, y Dios os ayudará a mejorar. Comenzad llevando el Evangelio a la vida del hogar.—The Signs of the Times, 3 de abril de 1901.
Ahora estamos en el taller de Dios. Muchos de nosotros somos piedras ásperas sacadas de la cantera. Pero a medida que sintamos la influencia de la Palabra de Dios, desaparece toda imperfección y estamos preparados para brillar como piedras vivas en el templo celestial, donde nos asociaremos no sólo con los santos ángeles sino también con el mismo rey del cielo. Christian Temperance and Bible Hygiene, 161.
El blanco es la perfección—Madres, ¿no descartaréis las labores inútiles y sin importancia que perecerán con el uso? ¿No os acercaréis a Dios para que su sabiduría os guie y su gracia os asista en una obra que tendrá la duración de la eternidad? Proponeos hacer perfectos de carácter a vuestros hijos. Recordad que únicamente ellos podrán ver a Dios. . . .
Muchos padres están descuidando la obra que Dios les ha dado. Ellos mismos están lejos de la pureza y la piedad, y no ven los defectos de sus hijos como deberían, si sus propios ojos estuvieran contemplando y admirando la perfección del carácter de Cristo.— The Signs of the Times, 1 de julio de 1886.
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CONDUCCIÓN DEL NIÑO
SECCIÓN #3 *Maestros Debidamente Preparados*
Capítulo 9:“UN LLAMAMIENTO A LA SUPERACIÓN”
Por: Elena G De White
Colaboradores: América Lara & Adriana Jiménez
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