La Torá no es legalista. Si estamos dispuestos, Dios realiza el cambio de corazón que necesitamos para amarlo y servirlo fielmente (Deut. 30: 6). Pero el significado del amor en el Antiguo Testamento es un compromiso de pacto para vivir como Dios quiere que vivamos. No somos robots, tampoco somos observadores pasivos. Somos compañeros junto a Dios. Tenemos que tomar una decisión. Dios ha puesto delante de nosotros la vida y la muerte. Dios anhela que elijamos la vida, pero tenemos que decidirlo por nosotros mismos (vers. 15-19). Dios no nos forzará a elegirlo a él. No somos salvos automáticamente por ser parte del pueblo del pacto.
Es fácil caer en un extremo o en otro: o tratamos de ganarnos nuestro camino al cielo por nuestras obras, o presumimos de la gracia de Dios y hacemos lo que queremos dando por hecho que seremos salvados pase lo que pase; esto tampoco es una relación de amor. Un verdadero cambio de corazón y la comprensión del amor de Dios nos hará crecer en un arrepentimiento cada vez más profundo y en una alegría cada vez mayor a medida que permitimos que Dios nos muestre lo que debe cambiar en nuestras vidas. El corazón es la clave, no las obras, como vemos a través de muchos personajes bíblicos cuyas vidas están lejos de ser perfectas, pero cuyos corazones están bien con Dios y son llamados pueblo de Dios.
Deuteronomio 30 también contiene la futura predicción del exilio que ocurrirá, así como el regreso a Dios y a su tierra (vers. 1-5). Dios conoce el futuro y las decisiones que tomaremos; sin embargo, sigue haciendo todo lo posible para tratar de alejarnos del pecado y la rebelión. Dios y Moisés urgen y suplican al pueblo que elija la vida y no siga la ruta de la desobediencia, la rebelión y la muerte. Empero, la increíble gracia de Dios consiste en que, a pesar de saber que ellos lo rechazarán por completo, promete traerlos de regreso y renovar el pacto. ¡Esto nos abre la mente! Uno pensaría que Dios ya se habría dado por vencido con Israel, ya que el pueblo había sido terco y rebelde tantas veces. Pero Dios tiene inmensa paciencia y compasión; no nos trata como merecemos.
Esto también debería reconfortarnos en nuestro propio caminar con Dios. Si bien los caminos de Dios son sencillos y claros, somos pecadores y a menudo rebeldes como Israel. No obstante, Dios también tendrá compasión de nosotros y cambiará nuestros corazones.
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 11 «¡LA VIDA O LA MUERTE!» Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota