Deuteronomio 33 se enfoca en las tribus de José y Leví. Resalta diferentes aspectos del Mesías de los que Génesis 49 destacó. Aquí José es bendecido abundantemente con los mejores dones y es llamado «el elegido entre sus hermanos» (vers. 16, NVI), lo que da a entender el papel real del Mesías.
A menudo entendemos la realeza como algo malo, sobre todo a la luz de la respuesta de Dios, en 1 Samuel 8, al deseo del pueblo de querer un rey. Sin embargo, la realeza fue predicha por Dios y no era necesariamente mala; el problema era que el pueblo quería un rey no en el momento apropiado, para ser como las demás naciones, en lugar de esperar el tiempo y la persona de Dios (que era David). Dios le dijo a Abraham que reyes descenderían de él, así dejaba claro en estas profecías mesiánicas que los reyes eran parte de su plan (Gén. 17: 6; 49: 10).
Deuteronomio 17: 14-20 deja claro el tipo de rey que Dios se proponía: que tuviera una sola esposa, que no dependiera del ejército, ni de la riqueza y que escribiera su propia copia de la Torá, la cual debía leer todos los días. Si los reyes hubieran actuado así, hubieran inspirado al pueblo a seguir a Dios, en vez de apartarlos de él. En efecto, hubo algunos que se acercaron al ideal (David, Ezequías, Josías), pero ni siquiera ellos cumplieron a cabalidad estos requisitos. Por lo tanto, Dios es siempre el rey supremo; solo el Mesías cumpliría verdaderamente estas profecías de un rey bueno y justo.
Cuando Moisés habla de Leví en Deuteronomio 33, se le bendice por su fidelidad a Dios, por guardar su Palabra y el pacto. Se le llama «fiel» y recibe el Tumim y el Urim, lo que implica también el papel sacerdotal del Mesías (vers. 8). De hecho, la línea entre Leví y el Mesías, a quien señala, se desvanece en el versículo 8, ya que en Masá, el pueblo puso a prueba a Dios y no específicamente a Leví. Pero los sacerdotes son los representantes de Dios y también señalan al Mesías, ¡el Sumo Sacerdote por excelencia!
Asimismo, las bendiciones para Leví destacan la necesidad de maestros de la Torá que ayuden al pueblo a entenderla (vers. 10). Si bien la Biblia es lo suficientemente sencilla para que un niño crea en Dios y sea salvo, es también rica y profunda; por eso estaremos estudiándola por la eternidad. Se necesitan maestros preparados en el estudio de la Palabra de Dios en sus idiomas originales para así ser protegidos de la herejía y la mala interpretación.
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 13 « EL MESÍAS VIENE » Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota