Muchos ven Deuteronomio 14 como si fuera un ejemplo de legalismo en la Torá; en realidad, hay un cuadro muy diferente de Jesús aquí. ¡El Señor es el que nos bendice! La bendición ocurre primero, no después de dar el diezmo (vers. 22, 24). El diezmo surge de la alegría de nuestros corazones por la asombrosa gracia de Dios hacia nosotros. Dios nos elige, somos su especial tesoro (vers. 2). Esta es la base de todo lo que sigue. Como somos hijos de Dios, Dios quiere lo mejor para nosotros, así como que testifiquemos a todos los que conocemos acerca del Dios a quien servimos.
No solo eso, sino que ¡Dios desea que nos alegremos con él! (vers. 26). Como parte del tiempo en que nos regocijamos, debemos compartir con los menos afortunados, incluyendo a los levitas que ministran ante Dios en el templo (vers. 27). Por lo tanto, el diezmo no tiene que ver con el legalismo, sino con el regocijo junto a Dios como sus hijos que él ha elegido.
Además, parte de alegrarnos junto a Dios implica comer junto a él. Cuando el pueblo no quiso subir ala montaña para estar con Dios, él llamó a Moisés y a los ancianos para que subieran en su lugar (Deut. 5: 4; Éxo. 24: 9-11). Juntos, comieron y estuvieron en comunión con Dios. Esto es lo que él anhela hacer con cada uno de nosotros. Por lo tanto, las restricciones alimentarias son para mucho más que la salud, ya que también representan el deseo de Dios de cenar con nosotros, y nosotros con él.
A Dios también le preocupan los animales. La dieta ideal a lo largo de toda la Biblia no contiene carne. Si bien comer carne no está prohibido, Dios nos llama a luchar por el ideal de una dieta basada en alimentos integrales y plantas, como en el Edén y como será en el cielo. En el cielo, los animales también regresarán al ideal edénico (ver Isa. 11; 65). Sin embargo, a causa del pecado, se permitió el consumo de carne, pero se restringe para seguir valorando la vida del animal. La sangre y la grasa siempre se prohíben, así como los animales impuros. Esto deja claro que Dios está tratando de alejarnos de la carne como alimento que sabe bien, y a usarla solo como alimento necesario para fines nutricionales.
En cuanto a nuestra relación con Dios, la alimentación es importante. Él nos bendice cuando decidimos seguir sus instrucciones para la salud. Daniel lo experimentó de primera mano al comer alimentos de origen vegetal (Daniel 1). Muchos estudios científicos actuales corroboran lo que el Señor había dicho desde el principio. Dios se interesa por nuestra salud y por los animales; además, desea que seamos lo más puros posible en comunión con él.
Reflexiona de nuevo en Deuteronomio 14: 2-29 y trata de identificar a Jesús en el texto.
¿Qué te está diciendo a través de estos versículos?
¿Cómo puedes ver tu alimentación y el diezmo como un acto de comer y alegrarse junto a Dios?
¿En qué sentido puedes ver a Jesús en forma diferente o identificar algún rasgo nuevo de él?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 8 «¡SANTIDAD AL SEÑOR!» Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota