La clave primordial para entender el corazón de Dios en Deuteronomio es darnos cuenta de que todo tiene que ver con la gracia. Aquí no hay legalismo. Cuando ciertos pasajes se sacan de contexto, podría parecer que implican una actitud legalista, pero cuando se leen en su contexto, nos damos cuenta de que Deuteronomio es lo opuesto al legalismo. Dios es un Dios relacional; él no quiere robots. Él prefiere tu corazón, aunque sigas luchando con el pecado. Lo prefiere aun cuando seas «perfecto» y «sin pecado», pero con el corazón alejado de él. En realidad, este es uno de los temas principales que posteriormente abordaron los profetas.
Los profetas con frecuencia citaban Deuteronomio, destacando que el pueblo hacía muchas obras buenas (aunque también pecaban terriblemente), pero sus corazones estaban alejados de Dios. Cuando le preguntaron a Jesús acerca de los dos mandamientos más importantes, ¡primero citó de Deuteronomio el amor a Dios! (Mat. 22: 34-40). Por supuesto, este amor implica un compromiso de pacto y obras que demuestren ese amor, pero ¡comienza con el amor! Y este amor, luego nos lleva a amar a otras personas.
Dios no solo ama a Israel, sino a todas las personas. Esto es una referencia al aspecto de la elección de Dios en el pacto, en el sentido de que Dios tenía que elegir a alguien a través de quien dar su mensaje de gracia al mundo. Y Dios no los eligió por su justicia (ver Deut. 9: 4-12). Ciertamente Dios no se limitó a Israel, porque a lo largo de la Biblia descubrimos que obró mediante muchas personas que no eran israelitas para compartir su gracia (considera a Balaam, Rahab y otros). Pero la elección de Dios hacia Israel le concedía una gran responsabilidad de compartir ese amor con las demás naciones.
Aquí, en Deuteronomio 10, Dios llama a su pueblo a cuidar de los huérfanos, las viudas y los extranjeros porque eso es lo que hace Dios (vers. 18-19). Dios proveía para el pueblo y, porque los amaba y nos ama, también nosotros debemos amarlos. Además, nosotros también éramos extranjeros, y esta debería ser la razón para entender, simpatizar y compartir amor y ayuda. Fuimos adoptados en la familia de Dios, así que tenemos el privilegio de compartir este gozo con los de lo más e invitarlos también. Esto dice mucho acerca de cómo todavía estamos llamados a corregir los errores sociales que nos rodean hoy en día. Debemos ser ministros del amor de Dios para todos los que lo necesitan, especialmente para los más vulnerables y necesitados. Este pasaje no dice nada sobre averiguar las razones por las que están en la situación en la que están, sino solo que debemos amarlos como Dios nos ha amado a nosotros.
Después de repasar el texto que copiaste y resaltaste,
¿Qué te parece lo que marcaste o subrayaste y relacionaste?
¿Qué preguntas te surgen?
¿Qué partes del pasaje te parecen más difíciles?
¿Qué otros principios y conclusiones puedes identificar?
¿Cómo puedes ser más activo en ministrar a las personas vulnerables de tu entorno?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 7 «¡LA CIRCUNCISIÓN DE TU CORAZÓN!» Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota