Dos de los aspectos más difíciles con los cuales tenemos que lidiar en nuestras vidas son: que Dios nos conduzca y seguir su voluntad. Cómo podemos saber a dónde nos conduce Dios, especialmente cuando el camino no es claro o hay muchas opciones o somos conducidos a tiempos difíciles y de prueba? La razón por la cual Israel estaba en el desierto eran sus propias decisiones pecaminosas y rebeldes. Sin embargo, Dios lo guio y nunca lo abandonó. Jesús también fue guiado al desierto, fue el Espíritu Santo que lo llevó, no porque hubiera hecho algo equivocado (Mat. 4: 1). Cuando estamos en tiempo de prueba, sea cual sea la razón, Dios camina con nosotros y nos ayuda a conocer su corazón de amor, a través de su provisión y conducción a una mayor humildad y confianza en él. Dios ya conoce nuestros corazones, pero los tiempos de prueba nos ayudan a nosotros a conocer nuestros propios corazones y a rendirnos a Dios para que así podamos verdaderamente saber que vivimos por su Palabra y no solo del alimento terrenal. Jesús citó del pasaje de la lección de esta semana para contrarrestar la tentación de Satanás, ya que la situación era muy parecida a la de Israel; sin embargo, su corazón estaba plenamente humillado y confiado en Dios. Deuteronomio 8 se ubica dentro de la sección del pacto que se centra en la relación con Dios en el corazón y que tiene como fundamento la obediencia.
Dios quiere salvarnos tan decididamente, que está dispuesto a valerse de lo que sea necesario para lograrlo. Algunas veces se necesitan pruebas, otras veces se necesita una provisión en esas pruebas, y otras veces se necesitan bendiciones. Si bien, en última instancia, Dios quiere bendecirnos, sabe que tendemos a olvidar de dónde vienen las bendiciones y que llegamos a pensar que nuestro gran poder y nuestro duro esfuerzo nos han dado todo lo que tenemos. Por está razón, Dios nos lleva por lugares difíciles para que podamos entender nuestros corazones y darnos cuenta con claridad de que todo procede de él. Este pasaje es muy parecido a Daniel 4, en donde Nabucodonosor se atribuyó todo a su propio poder, pero Dios lo condujo a un lugar de humildad y prueba hasta que entendiera la verdad sobre su propio corazón orgulloso y eligiera una relación de fe con Dios.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 6 «¡ NO LO OLVIDES !» Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota