Es común escuchar en muchos sermones comentarios erróneos como: «El Antiguo Testamento es legalista, pero Jesús nos trae la gracia y la salvación por la fe».
En realidad, esto es una horrible burla de la continuidad de la gracia de Dios y de la clara presentación de la salvación por fe a través de todo el Antiguo Testamento.
La Tora es lo más alejado del legalismo que existe.
El Señor y Moisés son claros: el pueblo no tiene nada bueno en él que lo recomiende a Dios. Yaveh, el Señor, en su gran amor y gracia, los salvó cuando aún eran esclavos (Deut. 5: 6).
Además, si la Torá fuera legalista, entonces, ¿cómo es que encontraron la salvación Abraham, Isaac, Jacob y sus descendientes a pesar de todos sus pecados?
El Antiguo Testamento deja claro que ellos tuvieron una relación de corazón con Dios.
Abraham «creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo» (Gén.15: 6).
¡No solo esto, ! Génesis nos dice que Abraham guardó todas las leyes de Dios! (26:5).
Dios las había escrito en su corazón, y esto es lo que Dios quería hacer con Israel también.
Pero ellos no estaban dispuestos.
Los israelitas pronunciaron las palabras adecuadas, pero sus corazones estaban lejos de Dios.
Se fueron a los extremos: unos se refugiaron en el legalismo (después del del exilio), y otros (después de la muerte de Moisés) vivían en pecado, creyendo que sus obras externas los salvarían.
Pero lo que Dios siempre quiso fue su corazón.
Por lo tanto, el nuevo pacto en realidad no era nuevo por sí mismo; era una renovación de lo que Dios siempre había planeado, pero que el pueblo había rechazado.
Lo primero y más importante era el sábado, que había sido instituido en la Creación, pero adoptó un nuevo significado como señal del pacto Éxo.31).
Si bien Dios no es explícito en cuanto por qué, parece que hay diferentes razones que pueden explicar esto.
Antes que nada, el sábado es la única Palabra «arbitraria», ya que todas las demás Palabras tienen sentido lógico si hay solo un Dios, y para amar a otros. Sin embargo, no hay razón para guardar el sábado, sobre cualquier otro día, excepto porque el Señor lo decidió así.
Al guardar el sábado, honramos nuestra relación con Dios y nuestro deseo de compañerismo con é1.
El sábado es también el cumpleaños del mundo, así que es un tiempo para celebrar juntos y con Dios (Éxo. 20).
Posteriormente, Deuteronomio 5 indica que el sábado representa con mayor claridad la justificación por la fe, es decir, cesamos de trabajar y confiamos en la obra de la salvación y liberación finalizada por Dios a nuestro favor.
El sábado es una delicia, no una carga.
El sábado deja claro a nuestros corazones qué pensamos acerca de Dios.
Después de repasar el texto que copiaste y resaltaste, ¿Qué te parece lo que marcaste o subrayaste y relacionaste? ¿Qué preguntas te surgen? ¿Qué partes del pasaje te parecen más difíciles? ¿Qué otros principios y conclusiones puedes identificar? ¿De qué maneras necesitas cambiar tu perspectiva del Antiguo Testamento, de tal forma que no lo veas como legalista?