Lección Menores 2021 Para el: 18 septiembre
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
«Los que viven saben que han de morir, pero los muertos ni saben nada ni ganan nada, porque se les echa al olvido. Allí terminan su amor, su odio y sus pasiones, y nunca más vuelven a tomar parte en nada de lo que se hace en este mundo ”» (Eclesiastés 9:5-6)
MENSAJE:
Alabamos a Dios porque nos ayuda a resistir los engaños de Satanás.
REFERENCIAS:
- 1 Samuel 28:3-25
- Patriarcas y profetas, cap.66-67
- Creencias fundamentales 26,7,8
¿Ha habido alguna ocasión en tu vida en la que no sabías qué hacer? ¿A quién le pediste ayuda? No creo que hayas pedido ayuda a alguien que está muerto, ¿verdad? Menos mal, porque eso no ayuda para nada. La Biblia dice claramente que los muertos no saben nada.
Tres hombres disfrazados se dirigían de noche, y en silencio, hacia Endor. La luna les alumbraba el camino. Ibar, a ver a una mujer que consultaba a los muertos. La adivina de Endor creía que su escondite era un lugar seguro, sin embargo, aquellos hombres la encontraron sin ningún problema.
En cuanto la mujer vio a uno de ellos, el más alto, con aspecto de ser un hombre de autoridad, se dio cuenta de que no se trataba de un soldado cualquiera. -¿Qué Desea? -preguntó la adivina. -Quiero que haga venir el espíritu de quien yo le diga -dijo el hombre alto. – ¿Usted no sabe que el rey Saúl ha expulsado del país a los adivinos y a los que invocan a los muertos? ¿Por qué me mete usted en un problema que puede costarme la vida? -preguntó la mujer.
-Tan cierto como que el Señor vive, te aseguro que no te pasará nada malo por esto-le aseguró el rey Saúl. – ¿A quién quiere que haga venir? -preguntó la adivina de Endor -Al profeta Samuel -respondió el rey.
Cuando la mujer vio el espíritu que se parecía al profeta Samuel, reconoció al rey Saúl. – ¿Por qué me has engañado? -quiso saber-o Tú eres el rey Saúl. Como el rey se dio cuenta de que la mujer tenía miedo, le dijo: -No tengas miedo. Dime qué aspecto tiene el espíritu que estás viendo. Entonces la adivina describió con todo detalle al profeta Samuel.
Pero era Satanás el que había enviado aquella imagen tan parecida a la que el profeta Samuel había tenido cuando estaba vivo. Además de parecerse a Samuel, el espíritu también hablaba como Samuel. Incluso sus gestos eran iguales a los del profeta, – ¿Por qué me has molestado? -preguntó el espíritu. -Porque estoy muy angustiado -le respondió Saúl-. Me están atacando los filisteos y Dios me ha abandonado. Ya no me responde ni a través de los profetas ni de los sueños. Por eso te he llamado, porque necesito que me digas qué debo hacer. – ¿Por qué me preguntas a mí, si ya el Señor te ha abandonado y se ha vuelto tu enemigo? Dios ha hecho contigo lo que te había anunciado por medio de mí.
Te ha quitado el reino y se lo ha dado a David. Porque tú no has obedecido el mandato del Señor ni has cumplido su orden de destruir a los amalecitas, el Señor ha hecho esto contigo. Además, va a entregar tanto a Israel como a ti mismo en poder de los filisteos, y mañana tú y tus hijos estarán conmigo. También hará el Señor que el campamento de Israel caiga en poder de los filisteos.
Aquellas palabras hirieron profundamente el corazón de Saúl. A causa del susto, se desmayó. Sus oficiales y la adivina lo levantaron e intentaron reanimarlo. La mujer insistió en que comiera algo y, aunque el rey no quería, finalmente aceptó, ante tanta insistencia. La mujer mató un becerro que tenía en su casa, cocinó unas tortas y comieron todos. Después de haber comido, Saúl y sus oficiales se despidieron y aquella misma noche se fueron, antes de que amaneciera (ver 1 Samuel 28: 3-25).
Por haber consultado a la adivina de Endor, Saúl selló su destino. En lugar de acudir a Dios humillado y arrepentido, Saúl decidió consultar a Satanás. Se alejó completamente del Señor, la única fuente de poder y sabiduría.
Por eso el rey Saúl ya no podía inspirar a sus soldados el valor que hace falta para salir a la batalla. Ya no podía guiar él su ejército hacia Dios en busca de ayuda. Imagina lo diferente que podría haber sido el reino de Saúl si le hubiera pedido a Dios la sabiduría necesaria para gobernar a su pueblo y derrotar a sus enemigos.
El triste final de Saúl nos recuerda que todo lo que hacemos tiene consecuencias. Dios nos ha dado libertad para elegir entre el bien y el mal. Lo que elegimos hoy determina nuestro éxito o nuestro fracaso en esta tierra. Por lo tanto, elige hacer siempre la voluntad de Dios, para que puedas ser feliz en esta tierra y vivir algún día en la tierra nueva.
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Lección de Escuela Sabática para MENORES.
3rd. Trimestre 2021 <LA GRACIA DE DIOS NOS DA LA VICTORIA>
Lección 13: «UN REY QUE DEJÓ DE CONFIAR EN DIOS»
Colaboradores: Karla González & José Luis Rodríguez
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