De los diez mandamientos, solo el cuarto contiene el sello del gran Legislador, Creador del cielo y de la tierra. Los que obedecen este mandamiento toman sobre sí su nombre, y son suyas todas las bendiciones que entraña. “Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde: haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia: Jehová alce a ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”. Números 6:22–27.
Por medio de Moisés fue dada también la promesa: “Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti”. Deuteronomio 28:9, 10 (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 352).
Cristo es el autor y consumador de nuestra fe, y cuando nos entregamos en sus manos, creceremos continuamente en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador. Progresaremos hasta que lleguemos a la estatura plena de hombres y mujeres en Cristo. La fe obra por el amor y purifica el alma, eliminando el amor al pecado que conduce a la rebelión contra la ley de Dios y a su transgresión… El carácter se transforma por medio de la obra del Espíritu Santo, y la mente y la voluntad del ser humano se colocan en perfecta conformidad con la voluntad divina, y esto está de acuerdo con la norma divina de justiciar. A todos aquellos que son así transformados Cristo dirá: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad”. Apocalipsis 22:14 (That I May Know Him, p. 162; parcialmente en A fin de conocerle, p. 163).
Debemos cuidar celosamente los extremos del sábado. Recordemos que cada momento del mismo es un tiempo santo y consagrado. Siempre que se pueda los patrones deben dejar en libertad a sus obreros desde el viernes al medio día hasta el principio del sábado. Dadles tiempo para la preparación, a fin de que puedan dar la bienvenida al día del Señor con espíritu tranquilo. Una conducta tal no os infligirá pérdidas, ni aun en las cosas temporales…
Antes que empiece el sábado, tanto la mente como el cuerpo deben retraerse de los negocios mundanales, Dios puso el sábado al fin de los seis días de trabajo para que los hombres se detengan y consideren lo que han ganado en la semana en su preparación para el reino puro que no admitirá a ningún transgresor. Debemos hacer cada sábado un examen de nuestra conciencia para ver si la semana transcurrida trajo ganancia o pérdida espiritual (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 357).3
Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2021.
2nd Trimestre 2021 LA PROMESA «EL PACTO DEL DIOS ETERNO«
Lección 9: «“LA SEÑAL DEL PACTO”»
Colaboradores: Lorenia Beltran & Meri Ruiz