A los jóvenes que siguen a Cristo les espera una guerra; tienen que llevar diariamente la cruz al salir del mundo e imitar la vida de Cristo. Pero, hay registradas muchas promesas preciosas para los que buscan temprano al Salvador. La Sabiduría invita a los hijos de los hombres: “Yo amo a los que me aman; y me hallan los que temprano me buscan” Proverbios 8:17.
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”.1 Pedro 1:13-15.
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:11-14). —Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 247-251.