«Dios quería que el templo de Jerusalén fuese un testimonio continuo del alto destino ofrecido a cada alma. Pero los judíos no habían comprendido el significado del edificio que consideraban con tanto orgullo. No se entregaban a sí mismos como santuarios del Espíritu divino. Los atrios del templo de Jerusalén, llenos del tumulto de un tráfico profano, representaban con demasiada exactitud el templo del corazón, contaminado por la presencia de las pasiones sensuales y de los pensamientos profanos» (El Deseado de todas las gentes, cap. 16, p. 137).
APLÍCALA A TU VIDA
Algún día posiblemente enfrentes una situación en la que debas escoger entre una vida materialista o una vida en la que el dinero no sea tan supremo. Dios conoce hacia dónde te conducen las decisiones que tomas, aunque parezcan inocentes y dignas. Nunca olvides que en cada decisión que tomamos somos templo del Espíritu de Dios, y él debe estar presente. No creas que orar por cosas pequeñas no producirá ningún cambio. Antes de dar cualquier paso, ora y busca la voluntad de Dios. Escribe tres situaciones diferentes que parecieran inocentes, pero que en realidad podrían ser irreverentes hacia Dios.
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
1er. Trimestre 2021 “SE HIZO HOMBRE”
Lección 11: «¡FUERA DE MI CASA!»
Colaboradores: Karla González & Uriel Agustin