«Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». Romanos 8: 28
EL HECHO DE QUE somos llamados a soportar pruebas demuestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo valioso que quiere desarrollar. Si no viera en nosotros nada con que glorificar su nombre, no perdería tiempo en refinarnos. No echa piedras inútiles en su horno. Lo que él refina es mineral valioso.— El ministerio de curación, cap. 40, p. 338.
Dios no guía jamás a sus hijos de otro modo que el que ellos mismos escogerían, si pudieran ver el fin desde el principio y discernir la gloria del designio que cumplen como colaboradores con Dios. —Ibid., pp. 343-344.
El que está lleno del espíritu de Cristo mora en Cristo. Cada golpe que se le propina, golpea también al Salvador, que lo rodea con su presencia. Todo cuanto le sucede a él viene de Cristo. No tiene que resistir el mal, porque Cristo es su defensor. Nada puede tocarlo sin el permiso de nuestro Señor; y «todas las cosas» que Dios dispone que nos sucedan son «para el bien de quienes lo aman» (Rom. 8: 28, NVI).— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 3, p. 113.
Para proveernos lo necesario, nuestro Padre celestial tiene mil maneras de las cuales nada sabemos. Los que aceptan el simple principio de hacer del servicio de Dios el asunto supremo, verán desvanecerse sus perplejidades y extenderse ante sus pies un camino despejado.
Como niños, confíen en la dirección de Aquel que «guarda los pies de sus santos» (1 Sam. 2: 9).
A medida que le encomendemos nuestros caminos, él dirigirá nuestros pasos.— El ministerio de curación, cap. 40, pp. 343-345.
Devocional Vespertino Para 2021. «La Fe por la cual vivo» «LOS TRES DIGNATARIOS DEL CIELO» Por: Elena G. de White Colaboradores: Martha González & Joaquín Maldonado