No es algo liviano pecar contra Dios: erigir la perversa voluntad del hombre en oposición a la voluntad de su Hacedor. Conviene a los mejores intereses de los hombres, aun en este mundo, obedecer los mandamientos de Dios. Y conviene, por cierto, a su eterno interés someterse a Dios y estar en paz con él… De todas las criaturas que Dios ha hecho sobre la tierra, solo el hombre se ha rebelado. Sin embargo, posee facultades de razonamiento para comprender las exigencias de la ley divina, y una conciencia para sentir la culpabilidad de la transgresión por una parte, y la paz y el gozo de la obediencia por la otra. Dios lo hizo un agente moral libre, para obedecer o desobedecer. La recompensa de la vida eterna —un eterno peso de gloria— se promete a los que hacen la voluntad de Dios, en tanto que la amenaza de su ira pende sobre los que desafían su ley (La edificación del carácter, pp. 74, 75).
La historia del pasado demuestra que el diablo se mantiene activo y trabajando. A él le es imposible tanto estar ocioso como ser inofensivo. Satanás ocupó su lugar en un único árbol para poner en peligro la seguridad de Adán y Eva Era su plan atraer a la sagrada pareja hacia aquel solo árbol para que hicieran precisamente lo que Dios dijo que no debían hacer: comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. No estaban en peligro si se acercaban a cualquier otro árbol. ¡Cuán razonables fueron sus palabras! Echó mano de los mismos argumentos que emplea hoy: la lisonja, la envidia, la desconfianza, la duda y la incredulidad. Si Satanás fue tan astuto en el principio, ¿cómo será ahora después de haber adquirido miles de años de experiencia? No obstante, Dios y sus santos ángeles, y todos aquellos que viven en obediencia a toda la voluntad revelada de Dios, son más sabios que él. La sutileza de Satanás no disminuirá, pero la sabiduría dada a los hombres a través de su conexión vital con la Fuente de toda luz y conocimiento divinos, será dada en proporción con las estratagemas y astucia del enemigo (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 476).
Miremos hoy al mundo en abierta rebelión contra Dios. Esta es en verdad una generación rebelde, llena de ingratitud, formalismo, falsedad, orgullo y apostasía. Los hombres descuidan la Biblia y odian la verdad. Jesús ve su ley rechazada, su amor despreciado, sus embajadores tratados con indiferencia. Él habló por sus misericordias, pero estas no han sido reconocidas; él dirigió advertencias, pero estas no han sido escuchadas. Los atrios del templo del alma humana han sido trocados en lugares de tráfico profano. El egoísmo, la envidia, el orgullo y la malicia son las cosas que se cultivan.
Muchos no vacilan en burlarse de la palabra de Dios. Los que creen esa palabra tal como se expresa son ridiculizados. Existe un desprecio cada vez mayor por la ley y el orden, y se debe directamente a una violación de las claras órdenes de Jehová. La violencia y los crímenes son resultado del hecho de que la humanidad se ha desviado de la senda de la obediencia. Miremos la desgracia y la miseria de las multitudes que adoran ante los ídolos y buscan en vano felicidad y paz (Profetas y reyes, pp. 137, 138).
Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2020.
1re. Trimestre 2021 ISAÍAS: «CONSOLAOS, PUEBLO MÍO«
Lección 1: «CRISIS DE IDENTIDAD»
Colaboradores: Esther Jiménez & Meri Ruiz