El primer fósforo fue inventado en el año 1805 por K Chancel en Paris. La cabeza del fósforo era una mezcla de clorato de potasio, azufre, azúcar y goma. Se encendía sumergiendo la cabeza de fósforo en un recipiente con ácido sulfúrico. ¡Qué peligro!
En los tiempos bíblicos por causa de la dificultad de encender el fuego, se mantenían lámparas encendidas continuamente como una fuente inmediata de fuego. También se utilizaba para cocinar, iluminar, calentar y refinar metales.
Cuando Abraham viajó con Isaac al monte Moriah, llevó luego consigo para encender el sacrificio. ¡No habrá sido nada fácil llevar la antorcha encendida mientras subía el monte Moriah hasta la cima!
Lee más en la Biblia; Génesis 22:6,7.
Como el fuego era un elemento tan importante. Los autores inspirados por Dios escribieron muchos pasajes bíblicos relacionando el fuego con la presencia de Dios. Pensemos ¡Qué importante es sentir la presencia de Dios en nuestra vida! La Biblia dice: “Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia” (Efesios 1:4).
Desafío: En una cartulina escribe la frase: “Cristo me ama”, utilizando solamente fósforos usados y pegamento. Pega esta frase en lugar visible. Dibuja aquí una antorcha encendida.