Las encinas son árboles que dan mucha sombra, ya que su copa está llena de hojas verdes. Durante las estaciones de frío las hojas no se caen porque son perennes. También se conoce este árbol con los nombres de carrascas, chaparra o chaparro.
En Palestina se encuentra la encina de Valonia, el roble, la encina espinosa y el terebinto. Este último árbol es de tamaño mediano y tiene la apariencia de una encina cuando está sin hojas en invierno. Pero a diferencia de ellas, crece más a menudo en forma solitaria que en bosques.
Por causa de su tamaño y longevidad, en la antigüedad el terebinto o árbol de trementina era tan venerado como la encina. Se les consideraban tan importantes que eran depositarios de riquezas o de tumbas.
Gedeón se encontró con el ángel cuando estaba debajo de una encina. Otro incidente fue cuando Absalón, hijo del rey David, huía con su ejército y su cabello largo quedó atrapado en las ramas de una encina.
Lee más en la Biblia: 1 Reyes 13:154; Josué 24:26; Génesis 35:4.8; 1 Crónicas 10:12; Jueces 6:22,19; 2 Samuel 18:9, 10,14.
También en la antigüedad, en aquellos lugares, algunos pueblos adoraban las encinas. Sin embargo, en la Biblia encontramos que solamente tenemos que adorar a Dios. “La voz del Señor sacude las encinas y deja sin árboles los bosques, En sus tiempos todos le rinden honor” (Salmos 29:9).
Desafío: Dibuja aquí un bosque con muchos árboles diferentes y en el medio dibuja una encina.