REFERENCIAS: HECHOS 16:6-15; LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES, PP. 172-177.
¿Te gusta visitar los hogares de otras personas? ¿Te gusta tener gente de visita en tu casa? Cuando Lidia encontró a Jesús, invitó a estos nuevos amigos a quedarse en su casa. Uno de ellos era Saulo que ahora se había transformado en Pablo.
Los ojos de Pablo repentinamente se abrieron.
—¡Hey, ustedes, dormilones! —dijo llamando a sus amigos Silas, Timoteo y Lucas—. ¡Levántense! Nos vamos a
Macedonia!
Silas, Timoteo y Lucas se frotaron sus somnolientos ojos.
—¿A dónde dices que vamos? —preguntó
Timoteo.
—Dios me dio una visión anoche — explicó Pablo con entusiasmo—.
Vi un hombre que me rogaba que fuera a Macedonia y les enseñara las buenas nuevas acerca de Jesús en su país.
Pablo y sus amigos compraron los boletos y subieron a bordo de un gran barco.
Era un camino largo a Macedonia, pero Dios mandó fuertes vientos para que empujaran la embarcación rápidamente.
Después de cinco días, el barco ancló en Macedonia. Pablo y sus amigos anduvieron por una ciudad grande, activa e importante llamada Filipos.
El sábado, Pablo y sus amigos caminaron por la rivera del río. Habían escuchado que algunas personas se reunían en la rivera del río cada sábado para orar y adorar juntos.
Mientras iban caminando, vieron un grupo de mujeres. Mucha gente en aquellos días no les concedían importancia alguna a las mujeres.
Pero Pablo era más sabio. Él sabía que Jesús ama a las mujeres tanto como ama a los hombres.
Los hombres se sentaron para adorar con las mujeres. Y las mujeres estuvieron emocionadas de escuchar lo que Pablo y sus amigos tenían para decirles.
Las mujeres ya creían y adoraban al Dios del cielo.
Y ahora aprendieron acerca del hijo de Dios, Jesús.
Dios conmovió los corazones de las mujeres. Ellas entendieron y creyeron el maravilloso mensaje que escucharon.
—Quiero ser bautizada —exclamó Lidia—. ¡Luego quiero ir a mi casa para contar a todos estas buenas nuevas!
Lidia era una rica mujer de negocios. Vendía costosas telas de púrpura, la clase de tela que usaban los reyes en esos días.
—¿Quisieran venir y quedarse en mi casa mientras están enseñando en Filipos? —les preguntó Lidia a Pablo y a sus amigos.
Lidia sabía que Pablo, Timoteo, Silas y Lucas estaban sirviendo a Dios al venir a su país a hablar a la gente acerca de Jesús. Lidia quería servir a Dios ayudando a Pablo y a sus amigos mientras estuvieran allí.
Pablo, Silas, Timoteo y Lucas predicaron en Filipos por muchos días. Mucha gente creyó las buenas nuevas acerca de Jesús y fueron bautizados gracias al trabajo de estos cuatro misioneros y de Lidia quien los atendió
Lección de Escuela Sabática para Jardín de Infantes. 4to Trimestre 2021 NOS TRATAMOS UNOS A OTROS CON AMOR Lección 7: «VENGAN A MI CASA» Colaboradores: Mary Tovar & Sebastian Rondon.