¿Qué significa que «no solo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová»? (Deut. 8: 3, RV95). Curiosamente, el término «palabra» («sino de toda palabra que sale de la boca de Dios») no está en el original hebreo. Aunque se sobreentiende (algo que sale de la boca de Dios, lógicamente, es una palabra) podría significar algo más amplio, lo cual implicaría una confianza en todo lo que Dios da y dice, y significa.
Cuando Jesús citó este versículo en su tentación en el desierto, indicó este doble significado (ver Mat. 4: 4). Jesús se dio cuenta de que Satanás no solo le estaba pidiendo que hiciera pan para mitigar su hambre, sino que le estaba pidiendo que desconfiara de su propia identidad y la probara mediante un milagro. Asimismo, le sugería a Jesús que dudara respecto a lo que Dios lo había llamado, que era vencer las tentaciones en las que Adán y Eva cayeron. En efecto, la palabra de Dios podía crear pan, así como lo hizo cada día a favor de los israelitas con el maná, pero el punto principal de la Palabra de Dios es inculcar fe y confianza. Si tú tienes pan, pero no tienes fe, eres pobre y sigues teniendo hambre, pues estás negando el poder de Dios. Pero si tienes fe en la Palabra de Dios, puedes enfrentar cualquier prueba, aun la pobreza y el hambre, con una mayor visión de lo que Dios está haciendo más allá del presente; entonces, el hambre de tu alma se ha saciado.
Cuando pensamos en el milagro del éxodo, con frecuencia nos enfocamos solo en el cruce del mar Rojo, pero Dios obró muchos otros milagros a lo largo del trayecto de Egipto a Canaán. Igualmente, a menudo es fácil olvidar todas las cosas que Dios hace por nosotros a diario y centrarnos en los grandes hechos milagrosos que parecen ocurrir con menos frecuencia. Esta es una de las razones por las cuales los israelitas estaban en peligro de olvidar a Dios; empezaron a atribuir todas sus bendiciones a sus propios esfuerzos.
Parece que esto también está relacionado con la forma en que la humillación y la prueba hicieron bien a los israelitas. Ellos mismos experimentaron milagros, o así como sus padres habían experimentado el cruce del mar Rojo. Ahora los israelitas estaban experimentando la disciplina que les ayudaba a crecer y enternecer sus corazones de tal manera que no olvidaran a Dios y cayeran en el error de adorar a otros dioses. Así como ocurrió con los cananeos, los israelitas estaban en peligro de tropezar con las mismas trampas y de perder su tierra y sus vidas debido a sus pecados. Como Jesús afirmó en el desierto, solo la Palabra de Dios podía mostrarles la verdad sobre quiénes eran y a quiénes seguían. El diablo trataría de distraerlos y destruirlos con mentiras sobre Dios, pero ellos debían mantenerse firmes en la verdad de Dios.
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 6 «¡ NO LO OLVIDES !» Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota