Los cristianos solemos hablar de Dios como si estuviera por encima de las emociones, como si las emociones fueran características únicamente humanas. Por esta razón, a muchas personas les cuesta compartir sus verdaderas emociones con Dios, quizá piensan que él no puede entenderlas o manejarlas. Sin embargo, esta idea procede del concepto teológico de la impasibilidad, la cual enseña que Dios es incapaz de sentir nada en respuesta a lo que ; hace otra persona. Desafortunadamente, esta idea ha impregnado el pensamiento cristiano por siglos y aún influye mucho en la teología actual. Pero este no es un concepto bíblico. La Biblia está llena de pasajes que nos permiten ver las emociones de Dios, así como de sus respuestas personales a su pueblo.
Dios describe su reacción con su pueblo como un matrimonio, lo cual implica un amor y un compromiso profundos. así como un vínculo emocional. Esta es la razón por la cual Dios reacciona con enojo y dolor cuando su pueblo peca. Dios es un ser personal, el siente mucho más profundamente que nosotros. Dios nunca peca en sus emociones, pero esto no significa que no las tenga.
En Deuteronomio 1, Moisés recuerda la ira de Dios cuando el pueblo creyó las mentiras de los espías en lugar de confiar en su poder para salvarlo, como lo había hecho en muchos milagros anteriores (vers. 32-36). Para Dios, la duda del pueblo era un ataque personal, pues mostraba que no le habían entregado sus corazones y esta situación lo había herido en lo más íntimo. Dios había hecho tanto por ellos: los había sacado de Egipto mediante obras poderosas a su favor, y los había mantenido cercanos a él misma aunque ellos actuaran como si no les importara. Esta era una gran traición. Sorprendentemente, Dios aún los perdonó y los soportó mucho tiempo (cuatrocientos años de su traición hasta que permite el exilio).
Para ayudar a la gente a entender cómo siente Dios las emociones, a menudo el Señor llamó a los profetas para que vivieran las mismas experiencias que él, así los profetas sentían las mismas emociones y, por lo tanto, podían expresar las emociones de Dios a Israel. Por ejemplo, a Oseas se le pidió que se casara con una prostituta, que le fue infiel, y después se le pidió que se volviera a casar con ella (Ose. 1: 2; 3: 1).
Oseas experimentó la angustia y el dolor de la traición, pero también la ira de que ella reincidiera; por su parte, ella parecía alardear del amor y el perdón de Oseas a su favor. Esta experiencia es un paralelo directo de la persistente infidelidad de Israel, y como resultado, la angustia combinada con la ira que Dios sentía (Ose. 11: 1-11). Lejos de ser un Dios que no entiende, Dios siente profundamente y comparte su experiencia emocional con nosotros. También siente gran gozo y felicidad cuando decidimos seguirlo y llegamos a ser parte de su pueblo.
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¿De qué manera las emociones de Dios afectan tu perspectiva de él?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 4to. trimestre 2021 INVERSO Lección 1«PACTOS Y SERMONES » Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota