La ley de Dios dada en el Sinaí es una copia de la mente y la voluntad del Dios infinito. (..) Fue el amor de Dios al hombre lo que lo indujo a expresar su voluntad en los diez preceptos del Decálogo. Si obedece, vivirá por ello, mediante los méritos de Cristo›.— Elena de G. de White, nuestra elevada vocación p.140
«La ley de Dios existía antes de que el hombre fuera creado. Fue adaptada a las condiciones de seres santos: aun los ángeles eran gobernados por ella. No se cambiaron los principios de justicia después de la caída. Nada fue quitado de la ley. No podía mejorarse ninguno de sus santos preceptos. Y así como ha existido desde el comienzo, de la misma manera continuará existiendo por los siglos perpetuos de la eternidad».— Elena G de White, la maravillosa gracia de Dios. p.131
«La consideración de Cristo como nuestra única fuente de fortaleza, la evidencia de su amor incomparable at hacer que la culpa por los pecados humanos fuera cargada a su cuenta y que su propia justicia le fuera imputada al hombre, de ninguna manera elimina la ley ni disminuye en nada su dignidad. En lugar de eso la coloca en un sitio donde la luz correcta brilla sobre ella y la glorifica. Esto sucede únicamente gracias a la luz que se refleja de la cruz del Calvario. La ley se muestra completa y plena en el grande plan de salvación únicamente cuando se la presenta a la luz que brilla del Salvador crucificado y resucitado. Esto solo se puede discernir espiritualmente. Enciende en el corazón del espectador la fe ardiente, la esperanza y el gozo de que Cristo es su justicia Esta alegría se reserva únicamente para los que aman y obedecen las palabras de Jesús, las cuales son las palabras de Dios».—Elena G, de White, Exaltad a Jesús. p, 144
«Toda alma puede decir: “Mediante su perfecta obediencia, Cristo ha satisfecho las demandas de la ley y mi única esperanza radica en acudir a él como mi sustituto y garantía, el que obedeció la ley perfectamente por mí. Por fe en sus méritos, estoy libre de la condenación de la ley. Me reviste con su justicia, que responde a todas las demandas de la ley. Estoy completo en Aquel que produce la justicia eterna. Él me presenta a Dios con la vestimenta inmaculada en la cual no hay una hebra que fue entretejida por instrumento humano alguno. Todo es de Cristo y toda la gloria, el honor y la majestad han de darse al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”.— Elena G. de White, Reavivamientos modernos p. 27
«Dios nos ayudará si nos hacernos cargo de la ayuda que él nos ha provisto. Él dice: ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz si, haga paz conmigo» (Isa 27:5). Esta es una bendita promesa Muchas veces cuando he estado desanimada y casi desesperada he acudido al Señor con esta promesa […) Y cuando me he aferrado de la fortaleza de Dios, he encontrado una paz que sobrepasa el entendimiento».— Elena G de White Nuestro elevada vocación, p. 312
¿Cómo has interiorizado la ley, luego del estudio de esta semana?
¿Qué aplicaciones prácticas debes realizar en tu universidad, familia, centro laboral e iglesia?
Repasa el versículo de memoria.
¿Cómo podría dicho texto aplicarse a tu vida durante esta semana?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021.
2do. trimestre 2021 “Descifrando los Pactos”
Lección 10«EL VERDADERO «CONFLICTO» ENTRE LOS PACTOS» Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota