«Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!». Isaías 40: 26, NVI
EL LIBRO DE LA NATURALEZA es un gran libro de texto, que debemos usar conjuntamente con las Escrituras para enseñar a los demás sobre el carácter de Dios.—Sketches From the Life of Paul, p. 21.
Dios quiere que sus hijos aprecien sus obras y que se deleiten en la sencilla y apacible hermosura con que adornó nuestra morada terrenal.— El camino a Cristo, cap. 10, p. 126.
ÉL exhorta a sus criaturas que aparten su atención de la confusión y perplejidad que los rodea y admiren la obra de sus manos. Los cuerpos celestes son dignos de contemplación. Dios los ha hecho para el beneficio del hombre, y mientras estudiamos sus obras los ángeles de Dios estarán a nuestro lado para alumbrar nuestras mentes y guardarnos de los engaños satánicos.— Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 1167.
Querida juventud: salgan afuera en la noche y contemplen las glorias del firmamento. Contemplen las joyas de luz que tachonan el cielo como oro precioso. Hay una riqueza de gloria pero millones de mentes son tan obtusas que no saben apreciar su esplendor. Es un pedacito de cielo colgado ante nuestros sentidos para dar testimonio de las excelsas glorias que allá se encierran.— Carta 41, 1877.
No solo hemos de contemplar los cielos; debemos considerar todas las obras de Dios. Él quiere que estudiemos las obras del Infinito y por medio de este estudio aprendamos a amarlo, reverenciarlo y obedecerle.— Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 1167.
Devocional Vespertino Para 2021. «La Fe por la cual vivo» «LA PALABRA Y LAS OBRAS DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Martha González & Joaquín Maldonado