Tanto los cristianos como los no cristianos a menudo nos confundimos con la enseñanza bíblica de la relación entre salvación por fe y juicio según las obras. Nos cuesta entender el plan de salvación cuando descubrimos que Dios salva a los que ponen su fe en Jesús, independientemente de Io que hayan hecho; además, Dios espera de ellos que guarden sus mandamientos. Nos preguntamos: ¿Cómo pueden ser ambas cosas verdaderas? Y si son verdaderas, ¿cómo pueden integrarse ambas ideas en un entendimiento coherente?
Ambas ideas son verdaderas. Pablo enseña que la justificación y la salvación son por fe, aparte de las obras (ver Rom. 3: 20-22; 4: 1-4; Efe. 2: 8). También enseña que el juicio es de acuerdo a las obras (ver Rom. 2: 6) y que los hacedores de la ley son quienes serán justificados (2: 13). Pablo enseña que la salvación es por fe en Jesús, aparte de las obras, y que hay un juicio según las obras. ¿Cómo pueden armonizar estas dos ideas que parecen mutuamente excluyentes? La respuesta puede encontrarse en una simple palabra: dirección. El juicio evalúa la dirección de la vida de cada uno. En el juicio, Dios no pesa lo bueno y lo malo, y si lo bueno supera lo malo, entonces te salvas, y si lo malo supera lo bueno, entonces te pierdes. Dios no está viendo cómo excluirte por cualquier irregularidad ocasional y tampoco te incluye por alguna buena acción ocasional. La dirección general de tu vida es la que determina el resultado en el juicio.
Pablo menciona las dos posibles direcciones de la vida: 1) la bondad de Dios puede guiarnos al arrepentimiento, y 2) la dureza de nuestro corazón puede impedir que nos arrepintamos (ver Rom. 2:4-5). La muerte de Jesús por nuestros pecados es la revelación suprema del amor y la bondad de Dios (5: 6-8). Cuando creemos en el amor y la bondad de Dios revelados en la muerte de Cristo, esto nos lleva a arrepentirnos. Arrepentirnos es dar un giro de ciento ochenta grados: del egoísmo y la dureza de corazón a buscar a Dios y tener una confianza sincera en él. Cuando llegamos a creer en su bondad revelada en Cristo, cambiamos de dirección.
En el juicio, Dios no nos mira para ver si hemos llegado lo suficientemente lejos en el camino del desarrollo moral como para ganarnos nuestro lugar en el cielo. Tampoco mira cuán lejos nos hemos adentrado en el camino equivocado. Lo que mira es si hemos cambiado de dirección. Solamente la fe en Jesús cambia la dirección en la que vamos. Nuestras obras no nos salvarán en el juicio, pero, indudablemente, darán evidencia de que mediante Cristo hemos dado un giro total a nuestra vida (ver Rom. 5: 4-11).
Después que hayas repasado el texto que has copiado y resaltado:
¿Qué te parece lo que has marcado o subrayado y relacionado?
¿Qué preguntas te surgen después de haber estudiado dicho pasaje?
¿Cuáles son las partes del pasaje que te parecen más difíciles?
¿Qué otros principios y conclusiones puedes identificar en este texto bíblico?
¿Cómo has resuelto la relación entre la justificación solo por fe y el juicio según las obras en tu sistema de creencias?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021.
1er trimestre 2021 “Carta a los ROMANOS”
Lección 2: «EL PODER DEL PECADO«
Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo