«¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, barre la casa y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: «Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido». Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente». Lucas 15: 8-10, RV60
LOS ÁNGELES SE ARRODILLARON ante su Soberano y se ofrecieron para llevar a cabo el sacrificio en beneficio de los seres humanos. Pero la vida de un ángel no podía satisfacer la deuda; solamente Aquel que había creado al hombre tenía poder para redimirlo. No obstante, los ángeles iban a tener una parte que desempeñar en el plan de redención. Cristo iba a ser hecho «un poco menor que los ángeles […], para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos» (Heb. 2: 9). Cuando adoptara la naturaleza humana, su poder no sería semejante al de los ángeles, y ellos habrían de servirle, fortalecerle y mitigar su profundo sufrimiento. Asimismo, los ángeles serían «espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de quienes han de recibir en herencia la salvación» (Heb. 1: 14, DHH). Protegerían a los súbditos de la gracia del poder de los ángeles malos y de las tinieblas que Satanás esparciría constantemente alrededor de ellos.— Patriarcas y profetas, cap. 4, p. 45.
Cuando estamos en comunión con Cristo, valoramos a todo ser humano como él lo valora. Así podemos sentir hacia los demás el mismo profundo amor que Cristo ha sentido por nosotros. Entonces podremos acercar y no ahuyentar, atraer y no repeler a aquellos por quienes él murió. […]
Todos los ángeles del cielo están dispuestos a cooperar. Todos los recursos del cielo están a disposición de los que tratan de salvar a los perdidos. Los ángeles nos ayudarán a llegar hasta los más indiferentes y endurecidos. Y cuando alguien se vuelve a Dios, se alegra todo el cielo; los serafines y querubines tañen sus arpas de oro, y cantan alabanzas a Dios y al Cordero por su misericordia y bondad amante hacia los hijos de los hombres.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 15, p. 158.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LAS OBRAS DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez