»Así reveló Dios a Israel, el pueblo donde establecería su morada, su glorioso ideal del carácter. El modelo se les mostró en el monte, en ocasión de la promulgación de la ley dada en el Sinaí, y cuando Dios pasó ante Moisés y dijo: “¡Jehová! ¡Jehová! Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad” (Éxo. 34: 6).
»Grandes fueron el privilegio y el honor otorgados a Israel al encargársele la construcción del santuario, pero grande fue también su responsabilidad. Un pueblo que acababa de ser liberado de la esclavitud tenía que erigir en el desierto un edificio de extraordinario esplendor, que requeriría para su construcción el material más costoso y la máxima habilidad artística. Parecía una empresa insuperable. Pero Aquel que había dado el plano del edificio, se comprometía a cooperar con los constructores. [ … ]
»La educación de los israelitas incluía todos los aspectos de su estilo de vida. Todo lo que se refería a su bienestar era objeto de la solicitud divina y estaba comprendido en la jurisdicción de la ley de Dios. Hasta en la provisión de alimento, Dios buscó su mayor bien. El maná con que los alimentaba en el desierto era de tal naturaleza que aumentaba la fuerza física, mental y moral. Aunque muchos se rebelaron contra la sobriedad de ese régimen alimentario, y desearon volver a los días cuando, según decían, “nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos” (Éxo. 16: 3), la sabiduría de la elección de Dios quedó vindicada de tal manera que no pudieron refutarla. A pesar de las penurias de la vida del desierto, no había ni un solo enfermo en ninguna de las tribus. [ … ]
»En las leyes establecidas para Israel se impartieron instrucciones explícitas en cuanto a la educación. Dios se había revelado a Moisés, en el Sinaí, como “misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” (Éxo. 34: 6). Estos principios, incluidos en su ley, debían ser enseñados a los niños por los padres y las madres de Israel. Moisés les declaró por indicación de Dios: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deut. 6: 6-7)».-ELENA G. DE WHITE, La educación, cap. 5, pp. 35-39.
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Después del estudio de esta semana,
¿Que aplicaciones personales te sientes motivado a realizar?
¿Que aplicaciones prácticas puedes relacionar entre el santuario y el lugar donde estudias, tu familia, tu lugar de trabajo o tu iglesia?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020.
4to trimestre 2020 “Los Principios De La Educación”
Lección 10: «LA ESCUELA DEL SANTUARIO«
Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo