“Para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia” (Hechos 10:34, 35).
Mensaje:
Dios desea que ayudemos a los demás, aun a aquellos que son diferentes a nosotros.
EL PRIMER RASCACIELOS
Génesis 11:1–9; Patriarcas y profetas, cap. 10, pp. 97–102.
¿Han observado alguna vez cómo se construye un edificio muy alto? O ¿han subido en un ascensor hasta el último piso de un edificio alto? Hace mucho tiempo algunas personas trataron de construir una torre que alcanzara el cielo. Pero Dios tenía otros planes.
Hace mucho tiempo, después que Dios creó la tierra, toda la gente hablaba el mismo idioma. Todos usaban los mismos nombres para las cosas que tenían o hacían. No importaba dónde vivieran o adónde fueran, todos podían hablar entre sí y entenderse bien. Después del diluvio, la gente vivía en las montañas. Por un tiempo todo era paz y armonía. Luego algunas personas comenzaron a olvidar lo que Dios había hecho por ellos. Ya no les gustaba vivir cerca de los que servían a Dios. Aquellas personas decidieron abandonar las montañas para vivir en la hermosa llanura de Sinar. Cuando pasó el tiempo, la gente de Sinar comenzó a creer que sabía más que sus vecinos, e incluso más que Dios. Tenían todo lo que deseaban y pensaban que podían hacer todo lo que les viniera en gana. Un día, alguien dijo: —Vamos a construir una torre. Usaremos ladrillos para construir una torre que se eleve hasta el cielo. ace mucho tiempo, después que Dios creó la tierra, toda la gente hablaba el mismo idioma. Todos usaban los mismos nombres para las cosas que tenían o hacían. No importaba dónde vivieran o adónde fueran, todos podían hablar entre sí y entenderse bien. Después del diluvio, la gente vivía en las montañas. Por un tiempo todo era paz y armonía. Luego algunas personas comenzaron a olvidar lo que Dios había hecho por ellos. Ya no les gustaba vivir cerca de los que servían a Dios. Aquellas personas decidieron abandonar las montañas para vivir en la hermosa llanura de Sinar. Cuando pasó el tiempo, la gente de Sinar comenzó a creer que sabía más que sus vecinos, e incluso más que Dios. Tenían todo lo que deseaban y pensaban que podían hacer todo lo que les viniera en gana. Un día, alguien dijo: —Vamos a construir una torre. Usaremos ladrillos para construir una torre que se eleve hasta el cielo.
Hace mucho tiempo, después que Dios creó la tierra, toda la gente hablaba el mismo idioma. Todos usaban los mismos nombres para las cosas que tenían o hacían. No importaba dónde vivieran o adónde fueran, todos podían hablar entre sí y entenderse bien. Después del diluvio, la gente vivía en las montañas. Por un tiempo todo era paz y armonía. Luego algunas personas comenzaron a olvidar lo que Dios había hecho por ellos. Ya no les gustaba vivir cerca de los que servían a Dios. Aquellas personas decidieron abandonar las montañas para vivir en la hermosa llanura de Sinar. Cuando pasó el tiempo, la gente de Sinar comenzó a creer que sabía más que sus vecinos, e incluso más que Dios. Tenían todo lo que deseaban y pensaban que podían hacer todo lo que les viniera en gana. Un día, alguien dijo: —Vamos a construir una torre. Usaremos ladrillos para construir una torre que se eleve hasta el cielo. “Dios no hace diferencia entre una persona y otra” (Hechos 10:34).
Lección de Escuela Sabática para PRIMARIOS.
1re. Trimestre 2021 «»GRACIA»
Lección 1re: «EL PRIMER RASCACIELOS»
Colaboradores: Melany Valero & Antonio Orellana