EL PODER DEL AMOR
«El odio despierta rencillas; pero el amor cubre todas las faltas» (Proverbios 10:12).
Una de las navidades más felices de mi vida las pasé hace varios años en Nuevo Simojovel (Chiapas, México), una comunidad indígena localizada a varios kilómetros de la capital de aquella provincia. Se trataba de una población de desplazados, es decir, personas expulsadas de sus tierras por causa de su religión. Aquella Navidad decidí que, en vez de recibir, había llegado el momento de dar. Varias personas bondadosas de la iglesia juntaron medicinas, ropa, juguetes y víveres. Otro grupo me acompañó -incluyendo algunos médicos- hasta el lugar en cuestión: en total cuatro vehículos repletos de obsequios para estas personas. Así que emprendimos el arduo camino y, después de algunas horas, llegamos sin problemas. Trabajamos todo el día: repartiendo alimentos, atendiendo enfermos, obsequiando ropa y regalando juguetes a los niños. Terminamos muy cansados, ¡pero nos sentíamos felices de servir y contemplar los emocionados rostros de los pequeños y las miradas de gratitud de los adultos! Una impresión de un profundo bienestar invadió nuestras conciencias. Estábamos muy contentos de compartir con otros un poco de lo mucho que Dios nos había dado.
Lo interesante es que la Navidad es frustrante para mucha gente. Es una época en que aumenta la depresión y se ven rostros muy tristes. ¿Por qué? En parte, porque muchos insisten en darle un matiz egoísta y consumista a estas fechas, Y claro, nunca hay suficiente dinero para comprar todo lo que agrada a los ojos. En otros casos, estas fechas evocan los recuerdos, las experiencias y las cicatrices del pasado. Lo cierto es que cuando más te centras en ti mismo, peor te sientes. En cambio, qué diferente es pensar que podemos aliviar las cargas de los demás con un poco de lo que tenemos. Estoy convencido de que el servicio al prójimo es uno de los medios más eficaces para superar las frustraciones personales que arruinan nuestras vidas.
Es posible que este año las cosas no hayan salido como esperábamos. ¡Pero no te abandones al dolor y al lamento! Mejor ten la disposición para hacer algo por alguna persona que se encuentre en peores condiciones que las tuyas.
Aprender a servir al prójimo es muy importante para preparar la vida para el noviazgo y el matrimonio. Dar sin esperar nada a cambio es un principio necesario para ser felices en este mundo. Se trata de lecciones que hay que aprender lo antes posible.
Te aseguro que tu vida cambiará.
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Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020
«Una Nueva Versión de Ti»
Por: Alejandro Medina Villarreal
Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez
Radio Joven Adventista
Recetas Vegetarianas
