«LA PREOCUPACIÓN ES EL INTERÉS QUE PAGAN LOS QUE SE BUSCAN PROBLEMAS»- GEORGE WASHINGTON
«Así que no se preocupen diciendo: «¿Qué comeremos?» o «¿Qué beberemos?» o «¿Con qué nos vestiremos?» Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre Celestial sabe que ustedes las necesitan». Mateo 6:31-32
Simplemente, hoy no hay suficientes cosas que puedan comerte. En los días de antaño, cuando la esposa de Daniel Boone salía de su casa, tenía grandes probabilidades de encontrarse con un oso. Eso hacía que su vida fuera mucho más interesante. Incluso una junta escolar puede ser emocionante si estás ansiosa por llegar a tu casa sin tener que enjuagar saliva de oso de tu falda.
Pero, en la actualidad, puedes viajar a lo largo ya lo ancho de Norteamérica y nunca estar en peligro a causa de alguna de las criaturas de Dios… a menos que cuentes las bacterias en los baños de las estaciones de servicio.
Así que vivimos en un país que es tan seguro como un Volvo estacionado; y honestamente, moriremos de aburrimiento si no introducimos algo de peligro en nuestra vida. Por eso, podemos estar agradecidos por Internet.
Hace poco terminé en un sitio web que le agregó un sentido vigorizante de peligro a mis celebraciones de fin de año. Este sitio me alertaba sobre los peligros de los árboles de Navidad naturales. Aparentemente, las agujas de pino son tan filosas que, si un niño roza accidentalmente el árbol (madres, quizá quieran taparse los oídos para evitar el horror de lo que estoy a punto de describir), ¡el niño experimentará una sensación dolorosa y punzante en las áreas expuestas de su piel!
Quizá también has notado que los programas televisivos de noticias tratan de despertar una sensación de peligro en la vida diaria. La otra noche escuché este avance: «¿Estás durmiendo sobre algo peligroso? ¡Tu cama podría convertirse en una bola de fuego!»
Bueno, lo tuve que mirar. Un periodista muy serio demostró cómo el colchón y las sábanas se pueden prender fuego si (vaya sorpresa) dejas una vela encendida debajo de la cama.
En esta Tierra estamos bastante seguros, pero no totalmente seguros. Siempre hay suficiente peligro para darnos un poco de ansiedad, que quizás sea la razón por la que Jesús dedicó un par de líneas de su Sermón del Monte a no estar ansiosos por el mañana. Parecía saber que, aún en una época en que los osos ya no deambulan por las calles, la gente aún puede ser devorada por la preocupación.
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