«Acuérdate del sábado, para consagrarlo, Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios» (Éxo. 20:8-10).
A los Vitor da Costa Ressurreição era una estrella del fútbol. Le pagaban mucho dinero por jugar frente a miles de fans vociferantes como arquero del club Londrina Esporte de Brasil. En determinado momento, al estudiar la Biblia, se convenció de que debía guardar el sábado, el séptimo día. Tomó coraje para decirle a su club que no jugaría ni asistiría a los entrenamientos los sábados. La respuesta de ellos fue no renovarle el contrato. Él tenía claro que o intentaba cumplir el sueño de su juventud o seguía a Dios, pero no podía hacer ambas cosas a la vez.
«Llegué a pensar que era imposible que alguien me ofreciera jugar al fútbol profesionalmente otra vez», contó Carlos a la agencia de noticias adventista en Sudamérica. Sin embargo, decidió hacer de ello un asunto de oración ferviente. «Nunca me puse en contacto con ningún club para pedir trabajo. Nunca me acerqué a ningún agente; no hablé con nadie, solo oré», agregó.
Poco tiempo después, recibió la llamada de otro club de fútbol del sur de Brasil. Le ofrecieron un contrato con una garantía inusual: podía tener los sábados libres.
«Aparte de orar, no hice nada para que sucediera esto», dijo el arquero. «Mi talento es mi ministerio. Quizá Dios abrió esta puerta para que muchos otros puedan llegar a conocer el mensaje del evangelio y los Diez Mandamientos de Dios. No lo sé. Solo sé que, si avanzo por fe, no hay límites para lo que Dios puede hacer» Kim