«Volveré mi mano contra ti, limpiaré hasta con lejía tus escorias y quitaré toda tu impureza. Haré que tus jueces sean como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán «Ciudad de justicia», «Ciudad fiel». Sión será rescatada con el derecho y los convertidos de ella con la justicia». Isaías 1: 25-27
SI LA RECIBIMOS CON FE, la prueba que parece tan amarga y difícil de soportar resultará una bendición. El golpe cruel que marchita los gozos terrenales nos hará dirigir los ojos al cielo. ¡Cuántos son los que nunca habrían conocido a Jesús si la tristeza no los hubiera movido a buscar consuelo en él!— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 2, p. 26.
De todos los dones que el cielo pueda concedernos, la comunión con Cristo en sus padecimientos es el mayor legado y el más alto honor que podamos recibir. […] Muchos son incapaces de idear planes factibles para el futuro. Su vida es inestable. No son capaces de prever el desenlace de los asuntos, y esto los llena a menudo de ansiedad e inquietud. Recordemos que la vida de los hijos de Dios en este mundo es la de un peregrino. No somos realmente capaces de planear correctamente nuestra propia vida. No nos incumbe amoldar lo futuro en nuestra existencia. […] Son muchos los que, al hacer planes para un brillante futuro, fracasan completamente. Permitámosle a Dios que él dirija nuestra vida. […] Dios no guía jamás a sus hijos de otro modo que el que ellos mismos escogerían, si pudieran ver el fin desde el principio y discernir la gloria del designio que cumplen como colaboradores con Dios.— El ministerio de curación, cap. 40, pp. 343-344.
Dios es nuestro refinador y el purificador. Con el fuego del horno la escoria queda para siempre separada del verdadero oro y plata del carácter cristiano. Jesús vigila la prueba. Él sabe lo que es necesario para purificar el metal precioso a fin de que refleje el resplandor de su amor divino. […]
La obra de refinamiento y purificación que Dios ejecuta ha de proseguir hasta que sus siervos queden tan humillados, tan muertos al yo, que, cuando sean llamados al servicio activo, sean sinceros en buscar la gloria de Dios.— Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 89.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS NOS OFRECE» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez