Durante el culto familiar, lean y comenten otra vez Juan 5:1 al 9.
El paralítico de Betesda
5 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
¿Qué creían muchas personas acerca del agua del estanque? ¿Era verdad?* ¿Cómo fue sanado aquel hombre? (Ver el versículo para memorizar.) Lee ahora Juan
5:10 al 16. ¿Por qué el hombre que había sido paralítico no sabía quién lo había sanado? ¿Cómo puede el pecado enfermar a una persona?
C A N T A R Entonen algunos himnos de alabanza como: “El puede”. Dale entonces gracias a Jesús por su poder sanador. Pídele que te ayude a ti también a tener fe en él.
Yo Canto El Poder De Dios
Himnario Adventista Del Septimo Dia
Yo canto el poder de Dios,
del Creador, Jesús;
habló con su potente vo
zy apareció la luz.
Yo canto el poder de Aquel
que en alto puso el sol,
en la pradera el clavel,
en playa el caracol.
Yo canto la bondad de quien
los árboles plantó,
el mar mantiene en su nivel,
los pájaros creó.
La maravilla de su amor
la observo por doquier,
ya mire al cielo en su esplendor
o al oscurecer.
Tus glorias proclamadas son
por cuanto aquí se ve:
la flor, el viento y el gorrión,
la risa del bebé.
Bien sé que en tu presencia estoy,
que tú conmigo vas,
y si al confín del mundo voy,
tú, Dios, allí estás.
* No era verdad. Para más detalles ver Comentario bíblico adventista, t. 5, pp. 925, 926.
Lección de Escuela Sabática para PRIMARIOS.
4to. trimestre 2020
Lección 9: «SANIDAD EN EL TANQUE DE BETESDA»
Colaboradores: Melany Valero & Antonio Orellana