Cuando se encuentran en peligro, algunas especies de patos salvajes fingen que están muertos: estiran el cuerpo, tuercen el pescuezo y ponen los ojos vidriosos.
Eso fue lo que sucedió una mañana cuando el señor Tomás paseaba a su perro. Un pato que estaba al lado del lago, al ver al perro, se cayo como muerto.
El señor Tomás se acercó para examinarlo, le levantó el pescuezo y vio que el pato movía las patas. Pero cuando lo dejó, el pato parecía estar muerto de nuevo. Entonces, lo llevó cerca del agua y se alejó para observarlo.
¿Y qué es lo que sucedió?
De pronto, el pato se levantó y se puso a salvo dentro del lago.
¿Y yo?
Cuando sientas miedo, no te quedes paralizado. Respira hondo y pídele ayuda a Jesús. Confía en que nada malo te va a suceder.
Mi oración para hoy
Jesús. ayúdame a ser fuere y a saber cómo resolver mis problemas.
En la Biblia leemos:
«Mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite, mi más alto refugio, mi Salvador» (2 Samuel 22: 3).