«¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará. […] ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará». Deuteronomio 31: 6-8, NTV
EL ÉXITO EN CUALQUIER ACTIVIDAD requiere que mantengamos en todo momento nuestra vista fija en una meta real y concreta. Quien de verdad desee alcanzar éxito en la vida ha de mantener constantemente fija la mirada en una meta por la cual valga la pena luchar. Y eso es lo que necesitan los jóvenes de hoy. El propósito designado por el cielo de predicar el evangelio al mundo en esta generación, es el más noble que pueda atraer a un ser humano. Ofrece un vasto campo de acción a todo aquel cuyo corazón ha sido conmovido por Cristo.
El ideal de Dios para los niños que crecen en nuestros hogares es de mayor alcance, más profundo y más elevado de lo que somos capaces de percibir con nuestra limitada visión. […]
Más de un joven que hoy se esté preparando como lo hacía Daniel en su hogar de Judea, investigando la Palabra de Dios y sus obras, y aprendiendo lecciones de servicio fiel, se verá enfrentado a asambleas legislativas o a tribunales de justicia, o en cortes reales, como testigo del Rey de reyes.— La educación, cap. 31, pp. 237-238.
Mientras nos centremos en nuestras dudas y temores, o tratemos de resolver todo lo que no podamos comprender claramente antes de tener fe, nuestras perplejidades no harán sino aumentar y profundizarse. Si nos acercamos a Dios, sintiéndonos impotentes y dependientes de él, como lo somos en realidad, y en una oración humilde y confiada damos a conocer nuestras necesidades a Aquel cuyo saber es infinito, […] él podrá y querrá escuchar nuestro clamor, y hará resplandecer la luz en nuestro corazón y en nuestro derredor; porque por medio de la oración sincera nuestra mente se pone en relación con la mente del Ser infinito.— Obreros evangélicos, cap. 69, p. 335.
Los viejos hábitos, las tendencias hereditarias hacia el mal, se disputarán el dominio, y contra ellos debemos siempre velar, apoyándonos en el poder de Cristo para obtener la victoria.— Los hechos de los apóstoles, cap. 45, p. 354.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS NOS OFRECE» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez