«COMPARTIR UNA COMIDA PUEDE SER UN LUGAR DE GOZO, CELEBRACIÓN Y AMISTAD: PODEMOS MOSTRAR AMOR MUTUO Y CELEBRAR LA VIDA». JEAN VANIER
«No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad» (Hech. 2:46).
Los hombres no comemos bien sin supervisión. Veamos, por ejemplo, a mi amigo Mark. Él es un hombre capaz e inteligente en todos los aspectos, excepto que no tiene idea de cómo alimentarse. Si su esposa se va a cualquier lugar, tiene que dejarle comida embolsada, con instrucciones detalladas de cómo servirse. El refrigerador puede estar lleno y, aun así, él se moriría de hambre. Es como dejar un perrito solo con un paquete de comida y un abridor de latas eléctrico.
Creo que todos los hombres somos perezosos con la comida cuando estamos solos. Antes de casarse, Mark nunca había preparado ensaladas porque no podía enfrentar el extenuante trabajo de cortar y lavar hojas de lechuga. Incluso retirar el papel de aluminio de las comidas precocinadas le parecía agotador. Me da vergüenza mencionar esto, pero yo una vez traté de calentar frijoles en el microondas sin sacarlos de la lata. Eso es pereza.
Algunos necesitamos una comida que se trepe a la mesa sola, se cubra de salsa, y envíe una notificación de emergencia para avisar que está lista. Mientras no exista ese fabuloso invento, la mayoría de los hombres seguiremos sobreviviendo comiendo tres veces al día cereales para el desayuno.
De hecho, las investigaciones demuestran que tanto los muchachos como las chicas se alimentan mejor cuando comen con la familia. Las comidas familiares regulares guardan relación con una mayor ingesta de frutas y verduras. Pero, eso no es todo. La Universidad de Minnesota, en los Estados Unidos, informó que los adolescentes que comen siete o más comidas con su familia por semana generalmente tienen mejores calificaciones. También son menos propensos a sentirse deprimidos, a tomar alcohol, a fumar cigarrillos o a consumir marihuana que quienes comen con su familia menos de dos veces por semana.
Así que, haz planes de no comer solo y di que no a los alimentos precocinados. Todos comen mejor si comen juntos. Kim
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Tomado de: Lecturas Devocionales de Adolescentes 2020
“Una idea genial”
Por: Kim Peckham
Colaboradores: Esteban Cortes & Antonia H
Radio Joven Adventista
Recetas Vegetarianas
