«Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos». Efesios 6: 14-18
DIOS HA PROVISTO ABUNDANTES medios para tener éxito en la guerra contra la maldad que hay en el mundo. La Biblia es el arsenal donde podemos equiparnos para la lucha. Nuestra cintura debe estar ceñida con la verdad. Nuestra coraza debe ser la justicia. El escudo de la fe debe estar en nuestra mano, el yelmo de la salvación sobre nuestra frente; y con la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, hemos de abrirnos paso a través de las obstrucciones y trampas del pecado. […]
Llamando a Timoteo ante el tribunal de Dios, Pablo le ordena predicar la Palabra, y no los dichos y costumbres de los hombres; de estar listo para testificar por Dios en cualquier oportunidad que se le presente, delante de grandes congregaciones o círculos privados, por el camino o en los hogares, a amigos como a enemigos, en seguridad o expuesto a durezas y peligros, oprobios y pérdidas (2 Tim. 4: 2). […] Timoteo tenía que revelar la paciencia y el amor de Cristo, explicando y reforzando sus reprensiones con las verdades de la Palabra.
Odiar y reprender el pecado, y al mismo tiempo mostrar misericordia y ternura por el pecador, no es nada fácil. […] Hemos de cuidarnos contra una severidad excesiva hacia los que actúan mal, pero igualmente de no perder de vista la tremenda gravedad del pecado. Hay necesidad de mirar al pecador con paciencia y amor cristianos; pero existe también el peligro de mostrar una tolerancia tan grande por su error que le haga considerarse no merecedor de la reprensión, y rechazarla como innecesaria e injusta.— Los hechos de los apóstoles, cap. 49, pp. 374-375.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON EL SERVICIO A DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez