La visión del mundo es lo que determina todo. Para que Adán y Eva cayeran en el Jardín del Edén, Satanás tuvo que engañarlos completamente para que adoptaran una nueva visión del mundo antagónica a lo que Dios había establecido. Algunos argumentan que Eva fue engañada, mientras que el pecado de Adán fue más deliberado. Independientemente de la motivación, Adán pecó porque tenía una visión incorrecta de Dios. También fue engañado a adoptar una visión defectuosa del mundo.
Como se mencionó en la sección inTerioriza de esta semana, la conversación que Satanás tuvo con Eva contiene al menos tres engaños que Satanás usó en el Jardín del Edén.
Abrir los ojos
La aseveración que Satanás le dio a Eva de que sus ojos se abrirían si comía del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal era en cierto sentido verdadera. La Biblia dice: «En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas» (Gén. 3: 7).
Mientras que sus ojos se abrieron a la vergüenza del pecado, también se cerraron. Adán y Eva ahora tenían su visión espiritual y su capacidad mental disminuidas, lo que les impedía comprender plenamente la sabiduría, el poder y el amor de Dios.
Desafortunadamente, nosotros también poseemos la misma incongruencia visual que paradójicamente reconoce una falla en nuestra condición humana, pero al mismo tiempo nos ciega, manteniéndonos obstinadamente en la oscuridad. En nuestro estudio, nuestros ojos se abren, pero solo para darnos cuenta de que no hay esperanza para las vergonzosas conductas humanas del racismo, el orgullo, la lujuria o la codicia, por ejemplo. Se necesita algo externo a la condición humana. Para que los seres humanos vuelvan a ver claramente, Jesús dijo, se necesita:
«abrirles los ojos para que salgan de la oscuridad y entren a la luz; para que pasen del poder de Satanás al poder de Dios. Así conseguirán el perdón de sus pecados y un lugar junto a todos aquellos que se han purificado por la fe que tienen en mí» (Hech. 26: 18, PDT).
Ser como Dios
En el árbol del conocimiento del bien y del mal, Satanás pervirtió el llamado a ser M como Dios que Dios mismo nos dio en el momento de la creación. Primero, Satanás 111 modificó la semejanza de Dios, haciéndoles creer que era algo que debían proteger. La semejanza de Dios fue un regalo que Adán y Eva recibieron de manera natural cuando Dios los creó. No era algo que requería de sus obras, ni que podían obtener: era algo que ya poseían por naturaleza y de lo que podían disfrutar. Pero rendirse de manera abnegada era clave para mantener ese regalo. Mientras rindieran lo que tenían (su mente, su ser, sus fuerzas y su poder) a lo que Dios podía ofrecerles (un reflejo más fiel de su imagen), podrían continuar poseyendo ese regalo. Sin embargo, en la frase «serán como Dios», Satanás sembró en Eva la idea de que la verdadera semejanza de Dios consistía en un estado que aún no habían alcanzado. Llevó a Eva a creer, irónicamente, que la semejanza de Dios era exactamente lo contrario de lo que realmente es. El engaño de Satanás consistió entonces en convertir la semejanza de Dios en egoísmo, y luego en hacer que el egoísmo fuera atractivo para Eva.
Conocer el bien y el mal
El tercer engaño de Satanás estuvo relacionado con el tema del conocimiento. Satanás convenció a Eva de que el conocimiento que ella tenía estaba incompleto. Le dijo que podía aumentarlo si comía del fruto del árbol. Satanás continúa usando el mismo argumento hoy, haciéndonos creer que saber más, incluyendo aquello que está en violación de los asuntos celestiales, es mejor que saber únicamente lo que es bueno.
Sin embargo, este engaño les sale caro a los que lo creen. La intención de Dios siempre fue que sus hijos supieran lo que es bueno. El bien y el mal no se pueden sumar porque no se pueden valorar de manera similar: lo que es bueno es eterno, mientras que lo que es malo es temporal. En el Jardín del Edén, Satanás engañó a Eva para que adoptara una visión del mundo que se conformaba con una falsa concepción de la excelencia que era temporal, a expensas de la fuente eterna de lo que era bueno y verdadero.
Después que hayas repasado el texto que has copiado y resaltado,
¿Qué temas ves que resaltan en ellos?
¿Qué aspectos de la visión del mundo que Satanás le dio a Eva en el Edén debes eliminar de tu propia visión del mundo?
¿Qué preguntas te surgen?
¿Cuáles son las partes del pasaje que te parecen más difíciles?
¿Qué otros principios y conclusiones puedes identificar en este texto bíblico?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 4to trimestre 2020 “Los Principios De La Educación” Lección 3: «CONOCE A DIOS COMO TU REDENTOR« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo