Tiempo después, durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia, hubo un hombre llamado Esdras, descendiente en línea directa de Seraía, Azarías, Hilcías, Salum, Sadoc, Ahitob, Amarías, Azarías, Meraiot, Zeraías, Uzi, Buqui, Abisúa, Finees, Eleazar y Aarón, el primer sacerdote. Este Esdras era un maestro instruido en la ley que el Señor, Dios de Israel, había dado por medio de Moisés, y contaba con la ayuda del Señor, así que el rey Artajerjes le concedió todo lo que él pidió. De esta manera Esdras regresó de Babilonia a Jerusalén con un grupo de israelitas compuesto de sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo, en el séptimo año del reinado de Artajerjes. Contando Esdras con la bondadosa ayuda de Dios, inició el regreso de Babilonia el día primero del mes primero del séptimo año del reinado de Artajerjes, y llegó a Jerusalén el día primero del mes quinto de ese mismo año. Y Esdras tenía el firme propósito de estudiar y de poner en práctica la ley del Señor, y de enseñar a los israelitas sus leyes y decretos […]. »“He ordenado que todo israelita que se encuentre en mi reino y que quiera irse a Jerusalén contigo, puede hacerlo, incluso si es levita o sacerdote. Porque el rey y sus siete consejeros te envían a estudiar la situación en Judá y Jerusalén, conforme a la ley de Dios que tienes en tu mano. Lleva contigo la plata y el oro que el rey y sus consejeros ofrecen voluntariamente al Dios de Israel que habita en Jerusalén, y toda la plata y el oro que puedas conseguir en la provincia de Babilonia, más los donativos que el pueblo y los sacerdotes ofrezcan voluntariamente para el templo de Dios en Jerusalén. Con ese dinero deberás comprar becerros, carneros y corderos, junto con sus ofrendas de cereales y de vino, para ofrecerlos sobre el altar del templo del Dios de ustedes en Jerusalén. En cuanto al oro y la plata restantes, hagan tú y tus compañeros lo que les parezca mejor, conforme a la voluntad de Dios. Pero los utensilios que se te han entregado para el culto en el templo de tu Dios, entrégalos tú mismo al Dios de Jerusalén. Cualquier otra cosa que debas proporcionar para el templo de tu Dios, puedes conseguirla en los almacenes reales”» (Esdras 7: 1- 10, 13-20).
APLÍCALA A TU VIDA
Después de haber leído las preguntas de la sección Explica la historia, ¿crees que podrías haber sido un líder como Esdras? ¿Podrías haberte disciplinado lo suficiente para oír a Dios y convertir su voluntad en el deseo de tu corazón?
La tarea que aceptó Esdras fue monumental y fácilmente pudo haber fracasado. ¿Qué haces cuando tienes una tarea difícil de cumplir? ¿Invitas a Dios a que se integre a tu equipo?
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
4to. trimestre 2020 “LIBERACIÓN”
Lección 6: «EN CAMINO A CASA»
Colaboradores: Gisela B. Barbosa & Antonio Orellana