El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: «Tu hijo vive»; y él y toda su familia creyeron en Jesús. Juan 4:53
—Un día, Jesús estaba en Caná de Galilea cuando se le acercó un alto oficial del rey que tenía a su hijo muy enfermo —comenzó hablando la mamá—. Le pidió al Maestro que fuera a su casa antes de que su hijo muriera, para que lo sanara; pero su casa estaba lejos, en Capernaúm.
—Necesitaba que se apurara para alcanzar a sanar a su hijo —exclamó Susana.
—Claro, pero Jesús iba rodeado de un montón de gente — dijo la mamá— que le impedían caminar rápido. Al escuchar la petición del hombre, quiso probar su fe y le dijo que solo viendo milagros iba a creer. El oficial del rey le volvió a suplicar que se apresurara a ir a su casa; entonces Jesús, viendo que tenía fe, le respondió que se fuera solo, pues su hijo ya había sido sanado. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y en vez de correr para regresar a su casa y comprobarlo fue tranquilo. Al otro día iba feliz, y cuando sus criados le salieron al encuentro para decirle que su hijo estaba sano, el hombre les preguntó a qué hora se había sanado su hijo. Era la misma hora en que Jesús le había dicho que su hijo estaba sano. Al llegar a casa, contó a su familia lo que había sucedido, y creyeron todos en Jesús. Pronto se dio a conocer este milagro. La familia del hombre estaba tan agradecida que dio testimonio de que Jesús era el Mesías; por eso, cuando Jesús visitó Capernaúm, había personas interesadas en escucharlo. ¡Qué importante es nuestro testimonio para que otros también tengan interés en saber de Jesús!
Tu oración: Querido Dios, ayúdame a dar un buen testimonio
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
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Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Adriana Jiménez.