«Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo. ‘Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra'» (Efe. 6:1-3).
Encontré esta antigua carta que la columnista Ann Landers recibió de una niña de trece años, quien firmó como «Reina adolescente», Escucha las palabras que usaban los adolescentes en 1963: «Querida Ann Landers: Tengo los padres más cuadrados del mundo. No entienden que las horribles reglas de 1930 son para las aves. Ayer arruinaron mi primer cumpleaños como adolescente. Mi novio, Steve, me dio una tarjeta genial con un billete de cinco dólares adentro. Somos muy buenos amigos y hemos estado saliendo durante todo un mes. Pensé que esto era algo muy bonito de parte de Steve, pero mi padre se enojó muchísimo. Mi madre habló por los codos durante dos horas enteras sobre ‘cuán locos están los jóvenes en estos días’. Luego, me ordenaron devolver los cinco dólares».
La Reina adolescente esperaba que Ann Landers le dijera que podía quedarse con el dinero. (De paso, en esa época cinco dólares representaban cuarenta dólares de hoy. Un regalo bastante importante.) Bueno, ella no consiguió ayuda de Ann, puesto que le dijo: «A los trece años no deberías estar saliendo con ningún muchacho, y mucho menos aceptar dinero de parte de él».
Hoy los chicos usan palabras diferentes a las que se usaban allá por los años de los pantalones de campana. Hoy quizá digan que los padres son «ignorantes» en lugar de «cuadrados». Sin embargo, cada generación todavía se ve tentada a pensar que sus padres están irremediablemente alejados de la realidad, o que se han propuesto hacerles la vida imposible por alguna razón enfermiza.
Ahora que la Reina adolescente quizás es madre, o incluso abuela, es probable que entienda que la mayoría de los padres solo están tratando de proteger y darles la mejor vida posible a sus hijos. Porque te aman más que nadie, puedes confiar en sus consejos más que en los de cualquier otra persona. Incluso más que en los de Ann Landers. Kim