«Si encuentras miel, no te empalagues; la mucha miel provoca náuseas» (Prov. 25:16).
¿Y si pudieras comprar cualquier cosa que quisieras? Es una fantasía común, casi tan común como la fantasía de que tus padres te comprarán dulces en la caja del supermercado.
Pero te lo pregunto en serio: si tuvieras un poder ilimitado de compra, ¿crees que serías feliz? Probablemente ya conoces la respuesta. Has escuchado que la gente dice: «El dinero no compra la felicidad». Un bromista agregó: «Pero puede comprar helado, que es prácticamente lo mismo».
Pero ¿es así en realidad? ¿Tener helado ilimitado pondría en tu rostro una sonrisa permanente? Tom Hanks es el protagonista de la taquillera película Náufrago, donde interpreta a un hombre que queda varado en una isla desierta. Para poder interpretar a este personaje bien alimentado al llegar a la isla, aumentó 18 kilos. «Simplemente dejé de hacer ejercicio y comí lo que quise todas las veces que quise», dijo en una entrevista. Sin embargo, no lo disfrutó mucho. «Afecta a tu sueño, afecta a tus piernas; por no hablar del colesterol».
Y concluyó diciendo: «Comer todo lo que quieras no es tan divertido. Cuando vives una vida sin límites, hay menos gozo»
Luego de ese tiempo de glotonería, el actor mantuvo una dieta estricta por un año para protagonizar al delgado sobreviviente que es rescatado al final de la película. Dice que disfrutó más de su comida cuando estuvo más fuertemente restringido en lo que podía comer.
Otra estrella del cine, Jim Carrey, dijo una vez: «Creo que todos deberían hacerse ricos y famosos, y hacer todo lo que soñaron alguna vez, para que pudieran ver que esa no es la respuesta»
La Biblia dice: «A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, qué son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos» (1 Tim. 6:17). Es mejor confiar en Dios para tu felicidad que confiar en las riquezas. Por bueno que suene el helado ilimitado, Dios es mejor. Kim