«Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: “Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y con- tra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado”.
«Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado. Des- pués mandó Jeremías a Baruc, diciendo: “A mí se me ha prohibido entrar en la casa de Jehová. Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las pa- labras de Jehová a los oídos del pue- blo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades. Quizá llegue la oración de ellos a la presencia de Jehová, y se vuelva cada uno de su mal camino; porque grande es el furor y la ira que ha expresado Jehová contra este pueblo”.
«Y Baruc hijo de Nerías hizo con- forme a todas las cosas que le mandó Jeremías profeta, leyendo en el libro las palabras de Jehová en la casa de Jehová.
«Y envió el rey a Jehudí a que to- mase el rollo, el cual lo tomó del apo- sento de Elisama secretario, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban. Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él. Cuan- do Jehudí había leído tres o cuatro pla- nas, lo rasgó el rey con un cortaplumas de escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero había. Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras. Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír. También mandó el rey a Jerameel hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escribiente y al profeta Jeremías; pero Jehová los es- condió » (Jeremías 36: 1-8, 21- 26)
APLÍCALA A TU VIDA
Lee la sección Identifícate con la historia, luego lee y medita sobre las preguntas que vienen en la sección Explica la historia. Al rey de Judá se le dificultaba aceptar la corrección y las reprimendas. No quiso es- cuchar las advertencias de Jeremías: prefirió romperlas, quemarlas y luego arrestar tanto al profeta que dio la advertencia como al escriba que la leyó al pueblo.
A menudo no nos agradan las palabras de advertencia. Podemos responder atacando a la persona que nos da la advertencia en vez de prestar atención al mensaje que se nos trae. Algunos deciden ignorar la Palabra de Dios porque está llena de advertencias sobre lo que va a pasar si continuamos pe- cando. Pero aun si las ignoramos, el mensaje permanece: hay una tormenta en el horizonte, y debemos estar preparados.
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
3rd. trimestre 2020 “REGRESO AL FUTURO”
Lección 2: «ALERTA DE LA TORMENTA»
Colaboradores: Gisela B. Barbosa & Antonio Orellana