El mayor beneficio no es el que se obtiene del ejercicio tomado como juego o simplemente como ejercicio. Se obtienen ciertos beneficios por estar al aire puro, y también por ejercitar los músculos; pero si la misma cantidad de energía se dedica a ejecutar un trabajo útil, el beneficio será mayor. Habrá contentamiento, porque ese ejercicio entraña un sentido de utilidad y la aprobación de la conciencia por un deber bien cumplido.
Los alumnos deben salir de nuestras escuelas dotados de eficiencia cabal, a fin de que cuando dependan de sus propios recursos, tengan conocimientos que puedan usar, útiles para tener éxito en la vida. Es esencial el estudio diligente, pero también lo es el trabajo arduo y laborioso. El juego no es esencial. El dedicar las facultades físicas a la diversión no es muy favorable para tener una mente bien equilibrada. Si el tiempo empleado en el ejercicio físico que paso a paso conduce al exceso, fuese dedicado a trabajar de acuerdo con los métodos de Cristo, la bendición de Dios descansaría sobre el obrero.
La disciplina que para la vida práctica se obtiene del trabajo físico combinado con el esfuerzo mental, queda endulzada al reflexionar en que ella hace a la mente y al cuerpo más idóneos para cumplir la obra que Dios requiere que los hombres hagan. Cuanto más perfectamente sepan los jóvenes cumplir los deberes de la vida práctica, tanto mayor será el gozo que tendrán día tras día por ser útiles a otros. La mente educada para disfrutar del trabajo provechoso se amplía; por la preparación y la disciplina se hace idónea para ser útil; porque adquiere el conocimiento esencial que permite a su poseedor beneficiar a otros.
No puedo hallar en la vida de Cristo ejemplo de que dedicase tiempo al juego y a la diversión. El fue el gran educador para la vida presente y la futura; sin embargo, no he podido hallar un caso en que enseñara a sus discípulos a buscar diversiones para obtener ejercicio físico. . .
Tanto a los jóvenes como a las señoritas se les debe enseñar a cocinar económicamente, prescindiendo de toda clase de carne. No se estimule de ninguna manera la preparación de platos que contengan cualquier cantidad de carne; porque esto es regresar a la oscuridad y a la ignorancia de Egipto, más bien que dirigirse a la pureza de la reforma pro salud.
Especialmente las mujeres deben aprender a cocinar. ¿Qué parte de la educación de una niña es tan importante como ésta? Cualesquiera que sean sus circunstancias en la vida, éste es un conocimiento que ella puede practicar. . .
Libro Mensaje Para los Jóvenes
Sección 5—LA PREPARACIÓN PARA LA OBRA DE LA VIDA Cap. 51”
Por: Elena G De White
Colaboradores:Liseth Orduz & Nay Badillo