«Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones; sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. Son como árboles plantados a la orilla de un rio, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen ¡No sucede lo mismo con los malos! Son como paja inútil que esparce el viento. Serán condenados cuando llegue el juicio; los pecadores no tendrán lugar entre los justos». Salmo 1: 1-5, NTV
LOS QUE HEMOS DE PROCLAMAR un mensaje tan sagrado y tan solemne como este no podemos andar fingiendo. Enterados de la profesión de fe y de las elevadas normas de adventistas, todo el mundo nos observa, y si ve que nuestras vidas no concuerdan con lo que decimos, nos señalan con desprecio.
Los que aman a Jesús han de poner su vida entera en armonía con la divina voluntad. Así que, puestos del lado del Señor, entre nuestra vida y la de los mundanos debe existir un manifiesto contraste. El tentador se nos acercara con halagos, diciéndonos: .Todo esto to daré, si postrado me adoras. (Mat. 4: 9). Sabemos, no obstante, que nada bueno tiene para ofrecemos si cedemos a sus tentaciones.
La gracia nos capacita para mantenemos fieles a nuestros principios. Ángeles santos nos apoyan, para que revelemos a Cristo con una firme adhesión a la verdad. Como adalides y testigos de Cristo, hemos de manifestarnos con poder y firmeza en favor de la verdad. Así: podremos demostrar que es real ese poder espiritual que hace a alguien capaz de no sacrificar ni un ápice de la justicia y de la verdad por mucho que el mundo quiera ofrecerle. El cielo nos honrará si nuestra vida es conforme a la voluntad de Dios, sin parar mientes en los sacrificios que nos toque hacer.— Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 20, adaptado.
Hemos de tener firmeza moral y una integridad inasequible a las presiones, la adulación o el soborno.— Ibid., t. 5, p. 276.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con las acciones de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez