—¡Qué bonita es tu cinta para el pelo! —le dijo Naomi a Julia.
—¿Te gustaría tener una igual?
—¡Claro que me gustaría! Es justo del color de mi vestido para ir a la iglesia. Pero mi mamá no me la puede comprar.
Naomi le contó sus planes a su mamá. Sacó dinero de su alcancía y juntas fueron a comprar una cinta igual. Al día siguiente, cuando estaban a punto de salir de la escuela, sin que su amiga la viera, Naomi puso una preciosa cajita envuelta con papel de regalo dentro de su mochila. ¡Qué alegre que se sentía!
¿Y yo?
¿Alguna vez hiciste algo semejante? ¿Has hecho un regalo sin que la otra persona se lo imagine?
Mi oración para hoy
Señor, pon dentro de mi corazón el deseo de dar a quien lo necesita.
En la Biblia leemos:
«Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio» (Mateo 6: 4).