«Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no puede hacer nada” (Juan 15:5) NTV
Era una mañana apacible de domingo y Andrew estaba desparramado sobre el sofá de la sala de estar. Con su cerebro en modo «ahorro de energía», escuchó a su papá comentarle a su mamá:
-¿Viste el cerezo del vecino, ese que sobresale de la cerca hacia nuestro patio? No produjo nada de fruta este año.
-Sí, ya me había dado cuenta -respondió su mamá-. Es muy raro.
-Probablemente notaron que Emily estuvo recogiendo cerezas y lo desconectaron -dijo papá.
Andrew tenía que admitir que su hermana, Emily, había recogido algunas cerezas el año anterior. Entonces, su mente confusa de verano comenzó a preguntarse: ¿Cómo desconectas un árbol? Luego de un par de segundos, se dio cuenta de que su padre estaba bromeando. Por supuesto que no desconectas un árbol. ¿O sí?
Si sacas un árbol de la tierra, lo desconectas de su fuente de agua y nutrientes. Sin poder para crecer, muere.
En la Biblia, Jesús dice: «Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada». Dice que una amistad cercana con él es como estar conectado a un enchufe. Su amor comienza a fluir en nosotros, y empezamos a dar frutos: el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad y la bondad.
¿Quieres sentirte más conectado a Jesús? Una forma de hacerlo es comenzar el día con una lectura devocional. iOh! Creo que eso es lo que estás haciendo ahora. Parece que vas por el buen camino. Kim