Bartolomé Díaz fue un gran navegante portugués. Fue el primero en rodear el extremo sur de África, abriendo así la ruta marítima hacia la India. Después de haber pasado por ese cabo, acordándose de las dificultades que había pasado, le llamó cabo de las Tormentas.
Tiempo después, cuando le contó a rey su aventura, Juan II te cambió el nombre a cabo de la Buena Esperanza, ya que, a partir de ese momento, tendría más esperanzas de llegar a la India.
Mientras el navegante había sido pesimista, mirando solo las dificultades, el rey había sido optimista, con la mirada puesta en el objetivo que quería alcanzar.
¿Y yo?
Jesús colma tu corazón de alegría, esperanza y optimismo. Cada vez que estés triste, pídele ayuda y él transformará tus lágrimas en sonrisas.
Mi oración para hoy
Señor, ayúdame a ser un niño alegre.
En la Biblia leemos:
«Estén siempre contentos» (1 Tesalonicenses 5: 16).