¡Vean qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!. Salmo 133:1
–Hoy les mencionaré algunos de los Salmos que escribió el rey David – dijo el papá-. Hay tantos, tan hermosos, que no sabía cuáles escoger para leerlos. El primero que he seleccionado es el 142, que escribió cuando estaba huyendo del rey Saúl. Necesitaba seguridad y protección y solamente las encontraba en Dios, a quien consideraba su refugio: A ti clamo, Señor, y te digo: «Tú eres mi refugio; tú eres todo lo que tengo en esta vida» (Salmo 142:5). David era un hombre muy espiritual y expresaba su necesidad y agradecimiento en alabanzas como esta. Mientras se encontraba en la cueva con los hombres que lo acompañaban llegó una compañía formada por sus hermanos y todos sus familiares; ellos temían también por su vida por el solo hecho de pertenecer a la familia de David.
–Pero sus hermanos no lo querían –comentó Susana.
–Desde un principio ellos sospecharon que Dios lo estaba preparando para una misión especial con la visita del profeta Samuel a su casa y porque lo había mandado llamar, pero con el paso del tiempo cambiaron su comportamiento hacia él. Fue ahí, mientras su familia estaba con él, que compuso el Salmo 133: ¡Vean qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!.
-¡Qué bueno que después fueron una familia feliz! -asintió Mateo.
-A pesar de que estaba huyendo y escaseaban las comodidades, estar en paz los unos con los otros, unidos en las buenas y en las malas, sirvió como inspiración para escribir este hermoso Salmo de alabanza al amor fraternal -concluyó el papá.
Tu oración:Querido Dios, ayúdame a mantenerme siempre alabando tu nombre con un canto, con mis palabras y con mis hechos.
¿Sabias que?
El Salmo 51 fue escrito por David cuando el profeta Natán fue a reprenderlo por haber cometido pecado con Betsabé
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
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Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Adriana Jiménez.