Una vez, un ángel liberó al apóstol Pedro de la prisión. Él fue rápidamente a la casa donde sus amigos estaban orando por él.
Una muchachita llamada Rode oyó la voz de Pedro llamando a la puerta. Se emocionó tanto que, en lugar de ir a abrir la puerta, fue corriendo a avisar a los demás: «¡Pedro está allá afuera!»-
Al principio, la gente pensó que Rode estaba equivocada. Más tarde, se puso muy contenta y casi se olvidó de dar gracias a Dios. ¡Pero todos agradecieron a Dios!
¿Y yo?
¿A veces te olvidas de dar gracias a Dios?
Mi oración para hoy
Muchas gracias, querido Dios, porque enviaste un ángel para sacar a Pedro de la prisión.
En la Biblia leemos:
«Pedro salió tras el ángel, sin saber si era realidad o no lo que el ángel hacía»